El reggaetón mexa no teme hablar de sexualidad desde la experiencia cotidiana. El placer ya no se esconde ni se disfraza. Se da a conocer cantando y perreando.
Hoy, en México, el bellaqueo ha mutado: dejó de ser un baile para provocar y se convirtió en una forma de expresión política, donde el deseo y el estímulo sexual se celebra sin culpa. Se trata de poner el cuerpo al centro del discurso.
El sábado pasado fue una noche donde el reggaetón mexa mostró su fuerza colectiva. En el Foro Boletomóvil, Cachirula & Loojan reunieron a cientos de personas para presenciar SEXOLANDIA 1 (2024) y SEXOLANDIA 2 (2025) en vivo: un espectáculo donde el sexo, el sudor y el baile fueron vertientes esenciales.
Música 100% hecha para hacer el amor
Con un recinto a tope, luces de colores y visuales representativos de los dos álbumes, el público se dejó llevar por la intensidad del show. Desde los primeros beats, el ambiente se sentía lleno de bellaqueo.
Ahí, el perreo se volvió comunión y el cuerpo encontraba su ritmo y su libertad. En ese instante, SEXOLANDIA no solo representó una noche de placer, sino la confirmación de que el reggaetón mexicano está en buenas manos y está construyendo su propio lenguaje, uno donde el deseo y la diversidad bailan en el mismo compás.


En el escenario, no hubo distancia entre los artistas y la audiencia: Loojan & Cachirula, interactuaban con el público a nivel visceral.
Con gestos de entrega y cercanía que desataron gritos eufóricos. No se trató de simple provocación, sino de un acto de comunión, donde la energía fluyó sin filtros.
Era el deseo convertido en performance: una experiencia de confianza y vulnerabilidad compartida que encapsula el espíritu de SEXOLANDIA.
Fue una experiencia donde la lujuria y el cuerpo se convirtieron en protagonistas. Dejando en claro que el perreo no es un accesorio escénico, sino el símbolo central de su propuesta: la unión entre ritmo, deseo y autonomía.

Cachirula & Loojan en Guadalajara, declaración generacional
Cachirula & Loojan confirman que el reggaetón mexicano ya no está pidiendo permiso para existir: está dictando sus propias reglas. Su propuesta no se queda en la provocación visual ni en el marketing del escándalo; va más allá, hacia una comprensión del placer como experiencia cultural y comunitaria.
Lo que comenzó como un perreo se ha convertido en una declaración generacional: en el México de hoy, el perreo ya no se esconde. Se baila de frente, se canta sin miedo y se celebra como lo que siempre fue: una expresión viva de libertad.
En ese sentido, SEXOLANDIA es tanto un bellaqueo como una obra que aborda una exploración sonora del erotismo contemporáneo latinoamericano, que busca consolidar el reggaetón hecho en México.
Fotos por Baruk Granda (@barucho).

