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Ed Maverick en Guadalajara, el lamento por las nubes y la esperanza de las flores

Ed Maverick en Guadalajara Ed Maverick en Guadalajara

El caso Ed Maverick es uno sumamente curioso. Lo que comenzó en 2017 como un proyecto ciertamente inmaduro, pero con ganas de decir mucho se transformó en uno catártico dentro del propio artista. Y lo interesante es que el motivo siempre se quedó: expresar. Y para una generación que no sabe quedarse callada, este concepto quedó como anillo al dedo.

Sin embargo, esto último también jugó en contra con esta horrible campaña de odio que recibió el protagonista de este texto por allá de 2018, 2019. ¿El motivo? No tengo ni idea. Terminó siendo un movimiento que alteró la química interna de Ed. No es para menos. Finalmente desestabilizaron su persona, pero se supo manejar. Actualmente, tenemos uno de los proyectos folclóricos más impresionantes e impredescibles del país.

Y si lo pensamos, terminó de buena manera. El acoso cesó y ahora Ed Maverick no es más una figura pública. Esto nos deja con la única posibilidad de conectar no con su persona, sino con su obra, sus canciones y letras. ¿Qué mejor manera de entablar un vínculo real entre la música y unx mismx que quitando toda la distracción que puede o no restar a la experiencia?

De alguna manera, Ed ha estado remando contra la marea. Es algo que hizo desde su debut, con el mix para llorar en tu cuarto (2018), sentando las bases de una nueva manera de hacer y expresar el folk mexicano. Un formato más narrativo, despreocupado y honesto. Algo que con los años inspiraría a toda una camada de artistas: Daniel Quién, Kevin Kaarl, por mencionar algunos. Y no solo del género. Junior H y Peso Pluma se han mostrado inspirados en la obra de Ed.

Además, al terminar con su figura pública, Ed se niega ya a dar entrevistas, comunicados y esas cosas mediáticas que, a ojo de una industria tan demandante, serían la norma para no morir aplastado por la máquina. Pero de alguna manera, Maverick logra encontrar el punto fijo para no retornar a esas prácticas y mantener relevante su obra.

Porque, oye, poner a la generación TikTok a escuchar un álbum de inicio a fin, sin posibilidad de pausar o repetir canciones no es cualquier cosa. Esto lo digo por su último disco LA NUBE EN EL JARDÍN (2024), un trabajo íntimo, sencillo, pero emocionalmente pesado.

Bajo este contexto, volvió a Guadalajara, luego de cuatro años desde su última visita. ¿Qué ha cambiado? Bastante a decir verdad. Ed Maverick ahora solo es a quien encontramos en su obra. No hay más rastro de lo que alguna vez fue, y eso, aunque nostálgico, nos invita a poder encontrarnos en un proyecto que no plantea otra cosa más que la contemplación. Y es super valioso un concepto así en una época tan delimitada por apariencias y experiencias sobre estimulantes.

Y ahora te entiendo más

La cita para el regreso de Maverick a Guadalajara fue el sábado 11 de octubre, tocando por primera vez en el Conjunto Santander. La sala estaba abarrotada, pues poco después del anuncio del concierto este fue sold out. Entonces la fiebre estaba altísima.

Una vez comenzado el encuentro, la sala Plácido Domingo se marcó en un silencio absoluto. En escena: un hombre con alma de niño y una guitarra; tres telas largas postradas de forma vertical; un tapete y una mesita con una lámpara de luz cálida.

De fondo, pájaros traían sus cánticos a la que ya comenzaba a ser una fría noche de otoño. Y aunque el ambiente era cálido por tener un recinto hasta el tope, el frío se hizo presente en los pechos de lxs asistentes al tener una conexión emocional tan profunda.

Del show, no hay mucho qué decir a nivel ‘técnico’. Literalmente es lo que te conté hace poco. Ed y su guitarra tomando cada corazón y mente para fusionarlas en cada rasgueo y grito desolador. Cada tantas canciones, iba cambiando de posición sobre las tres telas que decoraban el negro escenario. Y más que representar alguna idea conceptual, nos despreocupó el hecho de que no había nada más qué pensar.

Y no lo digo como algo malo. Porque en realidad era lo que se buscaba: contemplar, reflexionar y disfrutar. Hace poco lo mencioné en un apartado hablando de Juana Aguirre. En él, dije que el dolor, por más pesado y difícil que sea de digerir, es parte de. Del proceso, del duelo o de cualquier cosa. Si bien es algo más acostumbrado en el folk latinoamericano, Ed Maverick trajo esta idea a Guadalajara sin pensar de más: una única manera de expresión y contención emocional a través de estímulos en el aquí y el ahora.

Nadie va a pensar en ti mejor que yo

Ed Maverick explora en LA NUBE EN EL JARDÍN (2024) el sufrimiento que causan las altas expectativas que les depositamos a los demás en valor de más.

Reflexiona sobre lo ambiguo de la moralidad en las relaciones humanas durante culpa. Se vale también de una catártica y desgarradora interpretación en no hay problema para hablar de una relación fallida. Se sincera y deja ver su lado más romántico y vulnerable. Además, le canta a la toxicidad y al amor por igual y le escribe a la esperanza e ilusión en arcoíris.

No hay pretensión, no hay pulcritud. El dolor está. El amor está. El desahogo está. Y no hay que llamarles de otra manera. Esto sonó fuerte y claro con cada grito del chihuahuense y toda la tribuna presente. Llanto emocional, triste o hasta de felicidad de compartir espacio en una performance tan hermosa y llena de todo. Y lo mejor es que no requirió de mucho, quizá, pues solo se trató de abrir la mente y el corazón ante el amor y el dolor, y ponerle finalmente nombre.

Ed Maverick en Guadalajara, vulnerabilidad y potencia emocional

¿Qué sería de la humanidad sin la vulnerabilidad? Es algo que nos hace ser humanos, destacarnos entre el resto de las especies animales. Y sabemos que el camino es duro en ocasiones. Pero este show de Ed Maverick en Guadalajara sirvió para entender que todo proceso es necesario. Además, reivindicó su propia obra, dando paso a una nueva etapa más madura de sí mismo y de quienes seguimos su proyecto desde hace años.

Al final podemos quedarnos con esta metáfora:

Por más nubes que haya sobre el jardín, en algún momento volverá a salir el sol, y dará vida y luz a cada flor y planta allí habitando. ¿Cómo entonces transportar este sentimiento tan complejo a un show? Fácil: justo como Ed Maverick ha sabido hacerlo durante toda su carrera, siendo él mismo dando paso a las emociones más crudas sin necesidad de ponerles otro nombre.

Porque hay belleza en las nubes, tanto como en las flores.

Fotos por Saúl Martínez (@bnsaul).

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