Carlos Compson regresa a México con la calma de quien ha aprendido a caminar dentro de su propia sombra. El músico peruano, figura esencial del rock alternativo y heredero del post punk latinoamericano, vuelve para reencontrarse con un público que siempre lo entendió a la perfección.
Su vínculo con México se formó a través de los afectos. En sus giras anteriores encontró aliados, oyentes y cómplices que reconocieron en su sonido una forma de resistencia íntima. Compson tiende puentes entre la emoción y la penumbra con una guitarra que se arrastra con precisión y una voz que se sostiene en el aire como si temiera romper el silencio. En cada presentación, su repertorio parece adquirir una nueva vida, una distinta manera de latir en el cuerpo de quienes lo escuchan.
El Tenebris Tour México 2025 abre un nuevo capítulo en esa historia. Del 16 al 26 de octubre, Compson recorrerá escenarios de León, Saltillo, Monterrey, Durango, Zapotlanejo, Guadalajara, Ciudad de México, Texcoco y Toluca. La gira reafirma el camino de independencia que ha seguido desde siempre, un trayecto sostenido por la autogestión y por la fidelidad a una estética que ha permanecido intacta pese al paso de los años.
Fechas confirmadas – Tenebris Tour México 2025
16 OCT – El Callejón / León
17 OCT – Confesionario / Saltillo
18 OCT – La Tumba / Monterrey
19 OCT – Leyenda de Analco / Durango
22 OCT – Urban Bar / Zapotlanejo
23 OCT – C.C. Bretón / Guadalajara
24 OCT – Gato Calavera / Ciudad de México
25 OCT – Aldea Vikinga / Texcoco
26 OCT – Foro 304 / Toluca

Sus discos Melancolía Inocente, Umbral, El Intermediario y Espuria funcionan como estaciones de una búsqueda personal que conecta la oscuridad con la ternura y la soledad con la creación. En México, esas canciones encuentran un espacio genuino, no por una coincidencia cultural, sino por una afinidad emocional que hermana a dos países con cielos grises y corazones intensos.
Compson no llega como un visitante. Su relación con México se alimenta de memorias compartidas, de públicos que se reconocen en su tono grave y en esa calma inquietante que lo acompaña. En el final de cada concierto, cuando las luces se disuelvan y el silencio ocupe el espacio, el vínculo volverá a encenderse con la naturalidad de lo que siempre supo permanecer.
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