The Blaze en Día de Campo: Música (y vida) a través de imágenes

Fotos por Alan Mendo (@arvmendo).

Desde hace algunos años, se optó por traer a Guadalajara un concepto diferente en cuanto a festivales. Así como hay los clásicos masivos como el Corona Capital y Coordenada, surgieron un par de propuestas independientes como el Adverso, Echoes y hasta en su momento el Roxy.

Propuestas con su respectiva curaduría y concepto que, a decir verdad, daban un respiro de aire fresco a la ciudad de tanto show enorme por parte de grandes promotoras. Es entonces cuando surge Día de Campo en 2022, cuya primera edición estuvo al mando de Whitest Boy Alive luego de once años de no pisar la ciudad.

¡Y el concepto gustó! La idea de apartarse de la ciudad por un momento y disfrutar de un espacio de área verde con música de fondo llamó la atención. Además, estábamos viendo un acto como los Whitest tocando para poca gente en un ambiente seguro, tranquilo y relajante.

Es por eso que, en 2023, solo que ahora en octubre, Día de Campo volvió a la Reserva Educaré con el mismo concepto, pero con una ambición más grande.

El sentimiento es amor

El área verde de la Reserva Educaré estaba repleta de gente con mantas, ya apartando lugar (y hasta guardando energías) para los actos de toda la jornada. Al fondo, los árboles decoraban el lugar y daban una sensación de naturaleza entre la mancha gris y caliente del asfalto urbano.

Para empezar la música, Pahua, la mitad de Sotomayor, abrió el escenario con vibras cálidas, bailables y con un estilo que definiría como bastante latino. Y es de esperar, pues desde el proyecto del que viene se notaba la esencia experimental y folclórica de su música.

Durante todo su set, la gente se mantuvo sentada, disfrutando de los esporádicos rayos de sol que se le escapaban a las nubes y lograban impactar con nosotrxs. Nada más alcanzábamos a ver cabecitas y torsos moviéndose ligeramente.

Uno de los actos que más conectan con Guadalajara son los regios de CLUBZ. La historia de amor lleva ya bastantes años, y los hemos visto en distintos formatos. Ahora tocó en su recién estrenado Hybrid Set, que consta de dos partes:

Una primera sección puramente entregada al DJ set de canciones no propias de la banda como Daft Punk y demás y una segunda parte con canciones en vivo de su autoría con elementos de DJ set como paths, synths y experimentación.

Resultó entonces ser un formato diferente pero que siguió con la línea sonora del baile y la entrega a la electrónica, una entrega que se consolidaría más adelante.

Ya con un poco de oscuridad, lxs asistentes guardaron su manta y se resguardaron en la parte posterior de la platea frente al escenario. YoSoyMatt convocó a más gente de la que esperaría en un festival de este estilo. Y no es para menos.

Con casi una hora de show, el DJ mexicano terminó de cimentar el camino que los dos actos previos habían comenzado a construir: Calentar al cuerpo para lo que estaba por llegar tan solo unos minutos después.

«Imagine a place where no one can stop dancing»

Si bien los demás actos presentados cumplieron su función de calentar motores, hacer entrar en ambiente al público y fungir como soporte local, le preguntaras a quien sea y todxs estaban allí por The Blaze, y no hay que preguntarnos tanto el por qué.

Y es curioso porque hace apenas unos años el proyecto se creó, y ahora son una de las propuestas más llamativas de la electrónica mundial. Esta fue la primera vez que The Blaze se presentaba en formato live en Guadalajara, y eso jugó muchísimo a su favor.

Pasadas las 21:00, el dúo francés emergió a escena con un loop que daría inicio a ‘HAZE‘, perteneciente a su más reciente disco JUNGLE (2023). Ese inicio parecía invitarnos, en forma de cánticos hipnóticos generados por computadora, a un viaje a través de imágenes.

Porque si algo ha caracterizado a su proyecto, además de su sonido atmosférico, es su capacidad de crear experiencias sensoriales a través de imágenes visuales, y más porque, de alguna u otra manera, éstas se vinculan al mundo humano, creando una sinergia cinematográfica, musical y humana.

«I feel alone, why shouldn’t I go?»

Justo lo anterior quiero justificarlo con ‘HEAVEN‘, una canción que resuena en lo catártico pero poético, con toques progresivos que acompañan un pensamiento de soledad, buscando enfrentarla. «El presente se acabó y se ha ido». Pero que después toma una fuerza mental para levantarse y volver a intentarlo.

Porque no hay nada más humano que el dolor, que la tristeza y sobre todo la esperanza. Y así como esta canción, The Blaze interpreta los sentimientos humanos a la perfección, acompañadas de imágenes de suburbios, de mismos humanos corriendo y abrazándose entre ellos.

Creo que el punto más inmersivo de toda la experiencia fue escuchar ‘VIRILE‘, una canción que va de poco a más. Electrónica, o deep house, progresivo y que escala en resonancia con nuestro cuerpo.

Durante toda la canción, con altibajos, como la vida misma, nos planteó toda una vivencia sonora que podría recordarnos a algo en nuestra vida: Cómo comienza el silencio, el pequeño sonido, la algarabía y posteriormente el silencio abrumador de nuevo. Y toda esa experiencia me recordó a los procesos humanos, más que nada, al duelo.

«We will never be alone»

Cada canción de The Blaze representa un capítulo en la vida de cada persona, en este caso, de quienes vemos en sus visuales. Gente que baila, se droga, llora, ríe, descubre y aprende. Así como nosotrxs, los miles de asistentes a Día de Campo. Cada unx con sus aflicciones personales y duelos personales.

Siempre he sido de la creencia de que la música sana, por más poético, ridículo o mamador que pueda ser. Y con The Blaze esta conexión es especial porque nos muestran historias no solo en su música, sino también en el plano visual, ampliando aún más la experiencia.

Y es justo una frase de ‘JUVILE‘, la que titula este apartado, lo que inspira aún más mi escribir. Porque el ser humano no solo se basa en sentir, crecer y sanar, también se basa en la unidad. Durante la parte final de Día de Campo, The Blaze se encargó de hacernos ver hacia dentro de nosotrxs mismxs, sí, pero también a empatizar con la persona de al lado.

Porque todxs somxs humanxs, con dolor, felicidad y miedos, pero juntxs somos más fuertes.

The Blaze nos hizo ver nuestra propia historia a través de imágenes y música, una experiencia que se tornó inmersiva, sensorial, pero sobre todo humana.