Desde que hay registros del ser humano, ha buscado expresar sus ideas y pensamientos a través de distintos canales; lo hicieron a través de esculturas, pinturas rupestres y demás. Hubo otros quienes utilizaron sus cuerpos para difundir sus sentimientos, y a este se le llamó ‘performance‘.
Performance: el arte que exagera los sentimientos
Se entiende por performance a toda actuación, o bien, acto de interpretación de alguna emoción, sentimiento o idea a través de un contexto expositivo. Y bajo este concepto, el ser humano ha utilizado su cuerpo como medio de expresión artística desde hace muchísimo tiempo. Porque muchxs han sido performers y porque todxs podemos serlos.
Decía Marina Abramovic, considerada la madre del arte performático: ‘para ser un artista de performance, es necesario odiar el teatro. El teatro es falso: el cuchillo no es de verdad, la sangre no es de verdad y las emociones no son de verdad. La performance es todo lo contrario: el cuchillo es real y las emociones son reales’.
Estamos hablando de cuando un artista utiliza su propia esencia y su cuerpo para generar arte. De alguna manera, en busca de la creatividad e innovación, deja de interesarse en los soportes tradicionales del arte para ser quien genere esta situación estética.
Ante los movimientos, la acción, la interacción, se puede generar una experiencia estética que en muchas veces es conceptual pero que muchas veces invita a la contemplación de la obra. Estamos en un escenario artístico que sucede en un momento, que sucede en una situación de tipo cronotópica, tiempo y espacio, que queda registrada en fotografías en video.

La performance en la música
¿Cómo se transporta esta expresión artística (aunque más humana) a la música? Porque es un arte puramente sonoro, pero que con el tiempo añadió nuevas herramientas ‘tangibles’ a su accionar. Esto ocasionó una explosión de creatividad más poderosa.
En los registros históricos, las primeras performances musicales se dieron en la prehistoria. ¿Pero cómo llegamos de un ritual con instrumentos de hueso hasta ver una A/V performances completamente digital en un festival de electrónica?
Tal vez la respuesta esté en el impulso ancestral de sincronizar lo que se escucha con lo que se ve, de materializar el ritmo en movimiento. En algún punto, el tambor se convirtió en sintetizador, la cueva en club, y el fuego en proyección.
Hoy, las performances musicales son el punto de encuentro entre arte y emoción colectiva. Cada presentación es un espacio donde el sonido adquiere cuerpo, donde la identidad se diluye entre luces, frecuencias y gestos. No se trata solo de escuchar, sino de presenciar la metamorfosis del arte sonoro en experiencia viva. Un ritual contemporáneo que, como en sus orígenes, sigue buscando lo mismo: conexión y expresión.
Diversxs artistas performáticxs a lo largo de la historia
La performance en la música ha sido objeto de confusión, pues el término se acuña directamente a artistas que han creado, en su mayoría, obras conceptuales. Directamente podemos remitir al trabajo de MF DOOM, Lady Gaga, David Bowie con todos sus alter egos, las eras de Rosalía o Charli XCX, hasta trabajos conceptuales como Kendrick Lamar y Juan Gabriel.
Pero luego nos metemos a YouTube y vemos una versión en vivo de Chappell Roan en Coachella con la leyenda ‘performance’ en el título. ¿Esto también lo es? Pero claro que sí. Al interpretar en voz propia, con su cuerpo, sobre escena, con coreografía, vestimenta y una idea material concebida en torno a la música de fondo, es una performance.
Entonces la performance no es exclusiva de obras conceptuales o rebuscadas. En realidad, puede aplicarse para cualquier puesta en escena, por más simple que sea. Porque finalmente expresa: aún sea Interpol inertes sobre el escenario o Ska-P haciendo volar a uno de sus integrantes como un cerdo vestido de sacerdote. Todo es una performance. Y es el arte que, más que artístico, es una necesidad humana.

Porque todxs somos artistas de performance
Bajo esta lógica, planteo la pregunta: ¿todxs podemos ser artistas de performance? Sí. ¿Toda la música en vivo es una performance? Sí. ¿Entonces todos somos artistas performáticos? Sí. Lo hemos sido o lo seremos. Porque cuando el arte se vuelve parte del ser, encuentra un nuevo objetivo.
La performance, más que una expresión artística, es una necesidad humana que satisface lo que no podemos sacar bajo las cuestiones morales y sociales.
El arte performático no se creó, siempre estuvo ahí, así que podemos decir que se descubrió para ennoblecer a nuestra especie. Y lo seguirá haciendo conforme pase el tiempo a través de nuevos canales y nuevas formas de comunicación. Porque el arte, como los humanos, evoluciona, dando una nueva visión de quiénes somos.

Se un artista de performance en Fracctal 002
La performance surge como una respuesta para expresar todo aquello que el yo no puede mostrar. Y Halloween se volvió una fecha idónea para hacerlo. Sin prejuicios, sin limitaciones. Y justamente de eso se inspira la segunda edición de Fracctal, la fiesta de Cassini.
Esta segunda edición presentará una fiesta de disfraces en plena noche de Halloween, donde lxs asistentes dejarán de lado toda limitación del yo para ser unx con sus artistas favoritxs. La cita es el viernes 31 de octubre desde las 20:00 en Atemajac Records, ubicado en Francisco I. Madero 792, en la colonia Americana de Guadalajara. Entrada gratuita.

