En la actualidad ya son pocas las opciones para decir que un concierto o show en vivo fue algo ‘irrepetible’. Pero con lo que sucedió con Autechre en la jornada de clausura de la edición 2025 del MUTEK MX, el adjetivo se queda corto, para pasar a ser una noche histórica en la música, no solo en México, sino en toda Latinoamérica.
Como es sabido, MUTEK MX se distingue por su enfoque en la experimentación musical, la creatividad digital y las artes multimedia. Así se vivieron los días anteriores, junto a Tomorrow Comes The Harvest y Nocturne.
Dentro de este contexto, el uso de la luz ha sido tradicionalmente un recurso esencial para expresar la visión artística. Esto lo han demostrado creadores de la talla de James Turrell, Olafur Eliasson o Anthony McCall, cuyas instalaciones transforman la percepción sensorial del espectador.
Pero, ¿qué sucede cuando la luz desaparece y la oscuridad asume el protagonismo? Autechre lleva esta premisa al extremo durante la presente gira. Su propuesta consistió en ejecutar su set en completa oscuridad.
En completa oscuridad
Un entorno diseñado no solo ‘apagando la luz’, sino reconfigurando el espacio en un vacío perceptivo casi absoluto. Incluso antes del inicio del concierto, el público éramos advertidos de mantener el menor movimiento posible durante la experiencia, así como de los altos niveles de sonido.
Como preámbulo a esta inmersión, Leslie García presentó Animistic Resonance, su más reciente proyecto. Un live inédito que apostó por la escucha activa y profunda. La peculiaridad es que cada pieza funciona tanto de forma independiente como dentro de un todo, preparando el terreno para la experiencia posterior.
Pilares de la electrónica
En casi cuatro décadas de trayectoria, Autechre no había ofrecido un concierto en Latinoamérica. Presentaron un set de exactamente hora con treinta minutos, en donde en cada instante, además de la oscuridad, oscilaba la duda sobre en que momento la música volvería a llegar a su clímax y la sutileza del repliegue.
Sería muy egoísta tratar de enlistar los sub géneros que el dúo inglés domina y presenta durante sus conciertos. Autechre habita en una totalidad en la experimentación sonora, sin etiquetas minuciosas, ni con el mínimo interés de encajar en un género u otro.
Durante noventa minutos tuvimos al sonido como protagonista absoluto, acompañado de las múltiples vibraciones corporales del público, porque a pesar de estar clavados en una oscuridad, el movimiento de las extremidades se percibía y hacía de cada micro espacio uno absoluto.
Durante todo el set, el contemplar la oscuridad colectivamente se convirtió en un acto poético. Autechre nos invitó a escuchar con el cuerpo, a dejar que las frecuencias recorran el espacio y transformen la percepción de si mismo.
Con este planteamiento dejamos de ser espectadores para convertirnos en parte del entramado, participando en un espacio donde el tiempo se abstrae en un concepto, desdibujando la línea entre espectador y obra.
Autechre en México, esencia y conexión
La penumbra también puede ser ese lienzo donde las vibraciones se suspenden y habitan, más que una reseña puntual, este texto busca transmitir lo que vivimos, una noche única que solo quienes estuvimos presentes podremos comprender en su totalidad.
Autechre en México fue una presentación que redefinió lo que entendemos por concierto, presencia escénica y conexión humana a través del sonido, y sobre todo lo más importante: la música puede transformar todo, incluso la oscuridad.
