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MUTEK MX 2025: Tomorrow Comes The Harvest, una noche entre la maquina y el cuerpo

Tomorrow Comes The Harvest Tomorrow Comes The Harvest

En el marco del programa A/Visions, e iniciando oficialmente una nueva era, MUTEK MX volvió a recordarnos que la música también puede ser una forma de mirar, respirar y habitar lo invisible.

El escenario elegido fue el Museo Anahuacalli, un templo de piedra que parece hecho para contener frecuencias y luces. Ahí coincidieron tres propuestas que, desde distintos lenguajes, exploraron la conexión entre cuerpo y tecnología: Tyryx, el proyecto psicoacústico de Florence To; la canadiense Ouri, con su mezcla de vulnerabilidad y precisión sonora; y Jeff Mills, acompañado por Jean-Phi Dary y Prabhu Edouard en su ensamble Tomorrow Comes The Harvest.

Expresión humana y digital

Florence To abrió la noche con un set que no buscaba complacer, sino provocar. Su pieza bajo el alias Tyryx fue más una experiencia corporal que un concierto: frecuencias que vibraban en el pecho, silencios pesados y una oscuridad casi líquida que parecía moverse con vida propia. El Anahuacalli fue lienzo para Florence To, la iluminacion corrio a cargo de ella, volviendose un amplificador natural de sensaciónes. 

Luego llegó Ouri, y con ella la luz. En medio del silencio aún tibio, la canadiense apareció entre haces que pulsaban al ritmo de su chelo y su voz. Su música, que combina sensibilidad electrónica con formación clásica, transformó la solemnidad del espacio en una atmósfera íntima y vulnerable.

Florence To, nuevamente, intervino con visuales que parecían respirar al compás del sonido: destellos mínimos, movimientos casi imperceptibles. Nada sobraba, nada faltaba. Ouri ofreció un momento de pausa y conexión emocional que equilibró la densidad del inicio con una energía más humana y luminosa.

Tomorrow Comes The Harvest en México

El cierre corrió a cargo de Jeff Mills, acompañado por Jean-Phi Dary y Prabhu Edouard, quienes desplegaron un diálogo entre jazz, techno y percusiones hindúes. El trío sostuvo un pulso hipnótico que por momentos se sintió ancestral y, al mismo tiempo, completamente futurista. Cada músico encontraba en el otro un espejo: la precisión de Mills, la fluidez de Dary, la calidez rítmica de Edouard.

No fue una presentación convencional, sino una conversación entre mundos. El público, casi inmóvil, presenció una improvisación viva donde la espiritualidad se entrelazó con la máquina.

El A/Visions del 09 de octubre dejó claro por qué MUTEK sigue siendo un referente: su capacidad para crear experiencias donde el arte digital, la performance y la emoción se encuentran en equilibrio.

Fue una noche que cruzó fronteras estéticas y temporales: de la oscuridad física de Tyryx a la claridad emocional de Ouri, hasta el trance colectivo de Tomorrow Comes The Harvest. Más que un concierto, fue un recordatorio de que la máquina y el cuerpo se usan con propósito, puede ser una vía para lo humano.

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