Diez discos para comenzar en la Salsa
#GuíaCassini es una nueva sección en la que te recomendamos distintos álbumes para adentrarte en un género musical, un sub-género, un artista o un movimiento cultural.
Uno de los principales errores o mal concepto en que se tiene a la salsa es que únicamente es un género musical ‘bailable’, que se usa en fiestas y usualmente pone ‘el ambiente’ entre la gente, pero va muchísimo más allá de solo música para divertirse. La salsa es ese latido constante entre la sociedad latinoamericana en el que se plasma luchas sociales, políticas, de raza y hasta existencialistas.
Como se mencionó en el pie de página, en esta sección que denominamos GuíaCassini se hace una especie de retrospectiva, siempre a título personal de quien la redacta, para comprender más un género, corriente o artista, antes de continuar con esta, puedes darle una checada a la primera edición donde abarcamos el Jazz.
Para comprender la salsa, debemos hacer mención a su origen que a grandes rasgos, proviene de las comunidades afrodescendientes. La amplia cultura y el bagaje musical heredado de lxs esclavxs africanxs e indígenas de cada país, sentó las bases en Cuba, Puerto Rico, Colombia, Perú, Panamá, Venezuela, México, y demás, para lo que hoy conocemos como Salsa y sus variantes.
También existen otros ritmos que se engloban en ‘salsa’ pero que tienen toda su historia aparte, como el son cubano, guaguancó, bomba, guajira, boogaloo, mambo, chachachá y una extensa gama más. Los ritmos afrolatinos tienen un gran acervo musical, entonces para no hacer tanta diferenciación sin previa inducción, se manejará como salsa, con sus debidas especificaciones donde se deban hacer.
Aunque toda la movida salsera se acuña a los países latinos, el gran epicentro del género sucedió en Nueva York, debido a la migración de los habitantes isleños, principalmente de Cuba y Puerto Rico, con toda esta carga ‘negativa’ hasta cierto punto, donde el proceso de migrar se vuelve un acto violento socioculturalmente. Esto orilló a que la Salsa se convirtiera en más que música, en un acto de resistencia social y movimiento cultural que abarcó además del baile, moda y activismo político.
Si bien la historia en sí de la salsa da para un texto más desarrollado, tocando trasfondos, entornos, personajes y sobre todo a la Fania Records (el sello discográfico donde sucedió todo) es un género tan vasto de información, que incluso hasta puedes encontrar tesis sobre el tema en las universidades.
Esta ocasión te daré una introducción para comprender la esencia básica y te mencionaré los discos que considero idóneos para adentrarte al mundo salsero, sin limitarse a los álbumes más conocidos o que puedes encontrar en cualquier otra lista. El texto abarca uno o dos populares, de medio reflector y joyas escondidas que te sorprenderán.
Indestructible (1973) de Ray Barretto
Uno de los nombres más infravalorados de la salsa, aunque dentro de los fans es un ícono, penosamente para el exterior Ray llevó su carrera a la sombra de los grandes nombres. En Indestructible (1973) Barretto hace honor al hombre del disco y resurge después de que su banda, que en la salsa se les conocen como orquestas, se separará e iniciara de cero.
Es considerado el mejor disco de Ray, entregándonos absolutos clásicos como ‘El Diablo‘, ‘El Hijo de Obatala‘ e ‘Indestructible‘ haciendo de las congas su instrumento principal, una extraordinaria guía para mezclar la salsa con el jazz y boogaloo.
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Soy Feliz (1975) de Ismael Rivera
Ismael ‘Maelo’ Rivera es considerado el sonero absoluto de la salsa, un sonero es aquel que tiene la capacidad de improvisar con el ritmo mediante voces, balbuceos o sonidos, podría ser el equivalente al beatboxing/MC en el hip hop.
Si bien Soy Feliz (1975) no es su trabajo más laureado, es una excelente forma de descubrir su música; salsa de lo más clásica y de antaño, de un tema a otro maneja el tumbao’ a los ritmos más duros. La llamada salsa dura es aquella que se presta totalmente para acompañarla con baile, trompetas y percusiones de lleno y rápidas.
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Brujería (1971) de Markolino Dimond
No podemos hablar de la salsa sin dejar de tocar el tema del ocultismo, brujería y santería que por obviedad estaba presente en las canciones por el origen de los ritmos cubanos y afro. Aquí Markolino Dimon lo llevó a su máxima expresión titulando así el disco y haciendo la que se considera la portada más oscura de la salsa.
En los temas además de brillar por su excelente ejecución instrumental, podemos encontrar historias de amarres, trabajos de ocultismo y analogías a roles de la santería. Aunque se le conocía como ‘el pianista rebelde’ Mark era un hombre orquesta, en este disco tuvo participación en prácticamente todos los arreglos de los temas.
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Strikes Back (1987) de Héctor Lavoe
Leyenda de leyendas. Lavoe es el que tiene los temas más conocidos en la historia de la salsa en la etapa de dueto junto a Willie Colón. Elegí Strikes Back (1987) por la asombrosa capacidad narrativa de Lavoe, ¿Recuerdan que les mencioné el aspecto del existencialismo en la salsa? Era justo por este disco.
Héctor nos cuenta historias de desamor en ‘Taxi‘, con frases desgarradoras e introspectivas en primera persona, en otro tema alardea sobre la riqueza en ‘En el fiando‘, al igual en ‘Loco‘ donde hacer una oda a la locura, planteando ese dicho de que los locos son los más cuerdos, con una de las mejores líneas del disco: ‘Nadie sabe mi dolor, es que me conocen poco’.
Mejor combinación imposible, plantearse dilemas morales y sociales, al ritmo de timbales y trombones.
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Buscando América (1984) de Rubén Blades
Tampoco podía dejar fuera al que es el referente absoluto de la salsa social, esa que tiene protesta política y activismo. Rubén siempre ha sido la voz del pueblo, su enfoque se podía notar en el histórico Siembra (1978) junto a Willie Colón, la crítica social en ‘Plástico‘ sigue siendo vigente, sociedades que solo quieren aparentar.
Pero en solista su cúspide llegó con Buscando América (1984) cada tema se puede desglosar minuciosamente, pero con el tridente que te mencionaremos, es una excelente intro a todo el disco, ‘El Padre Antonio – Y El Monaguillo Andrés‘, basada en la historia de un sacerdote que buscaba la libertad del pueblo donde estaba su parroquia pero que fue asesinado en el intento.
En ‘Desapariciones‘ Rubén tocó un tema que si bien se sabía era una realidad, no se había plasmado en la música hasta ese instante, que eran las desapariciones, asesinatos y represión de las dictaduras militares en Latinoamérica con descripciones de personas desaparecidas, junto a ‘GDBD‘ que es un acrónimo de «gente despertando bajo dictadura», un escalofriante relato donde se alistan para salir a combatir por su pueblo.
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Apollo Sound 5 (1970) de Roberto Roena y su Apollo Sound
Roberto fue parte de la agrupación más conocida de la salsa: El Gran Combo de Puerto Rico, junto al Grupo Niche dominaron el género en formato banda. Entonces Roena siempre se mantuvo activo en diversos proyectos y todos con gran éxito, fundando la Orquesta Cortijo y el Apollo Sound, del cual a gusto subjetivo, es la etapa donde más brillo.
Con el Apollo Sound 5 (1970) llegamos a lo tribal en la salsa, Roberto en esta etapa se caracterizó por incursionar ritmos étnicos, específicamente a los que se asemejan a las danzas tradicionales africanas, esta influencia se podía percibir desde sus inicios en otras orquestas donde incluso tenía el rol de bailarín, aquí la recomendación es especial atención a ‘Aquellos Que Dicen‘ y ‘Ponte Duro’ donde notarás lo explicado.
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La Gran Fuga (1971) de Willie Colón
De inicio decidí no añadir discos en colaboración, porque entra el dilema «a quién se lo acreditas principalmente», pero es inevitable no hacerlo con Willie Colón. Otro debate a conciencia fue si se incluía Siembra (1978) o La Gran Fuga (1971), ambos podrían ser el mejor disco en la historia de la salsa, pero esta vez la decisión se la llevó el segundo, ya que para este ejercicio lo encuentro más ‘salsa pura’ al tener a los dos máximos exponentes de este género, contra Siembra (1978) que es un enfoque más social, la cual ya abarcamos en menciones anteriores.
La Gran Fuga (1971) es el sonido con el que debes iniciar en la salsa: Canciones sin complicaciones, instrumentales finísimos, ambos en la cúspide. Este disco le permitió al dúo hacer fechas en Europa. La portada es la más recordada de la salsa, incluso hasta el FBI contactó a la disquera para investigar a Colón por sospechas de delitos.
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Perspectiva (1991) de Gilberto Santa Rosa
Por supuesto la polémica nunca está exenta de ninguna corriente musical. En este punto tocamos la salsa rosa o romántica como también se le conoce y como su nombre lo indica, es la rama totalmente enfocada al amor y desamor. Son canciones demasiado melosas, que esto es lo que provoca que los fans más aguerridos del género menosprecien estos discos, aunado de que surge como válvula de escape después del declive de la salsa dura, haciendo un producto más digerible y comercial.
Gilberto Santa Rosa es el mayor estandarte de la salsa rosa, junto a Frankie Ruiz, pero el filtro esta ocasión es que Gilberto tuvo su alcance máximo cercano a los 90s a la par del éxito de la salsa rosa. Frankie para muchos es el precursor, pues cuando todavía no se conocía el término, ya incluía uno que otro tema en sus discos, mientras que Santa Rosa hizo discos enteros con la temática romántica.
Usualmente los temas de la salsa romántica son el primer acercamiento en general de las personas a esta música, porque justo ese fue su rol: hacer canciones sin complicaciones ni carga social o política como muchos de los trabajos mencionados anteriormente.
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Superimposition (1970) de Eddie Palmieri
Me gusta encontrar a Palmieri como el salsero más conceptual. Aunque Colón y Lavoe hicieron extraordinarias portadas, siempre solían ser bajo la estética gangster, Eddie hacía de sus portadas una obra artística. En este caso con Superimposition (1970) incluso podemos remitirnos al arte surrealista o en la portada de Vamonos Pal’ Monte (1986) con influencia del impresionismo.
No solo en las tapas de los discos, también hacia álbumes guiados con una sola idea como en Mambo con Conga is Mozambique (1964) donde armó un disco únicamente con percusiones africanas o en Champagne (1968) atreviéndose a tocar los terrenos del R&B. Decidí incluir este disco porque es el más chill de toda la lista, es salsa mezclada con bolero, guaracha y cha-cha, para entender mejor el concepto, suena a si estuvieran escuchando a un trío y bailando danzón.
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Vol. I (1980) de Orchestre Les Volcans Du Benin
He hecho mención en repetidas ocasiones a que África y su cultura es una referencia para el género. Pero, ¿se hizo o se hace salsa en aquél continente? Esta es una mención especial para demostrar que la música es universal, la Orchestre Les Volcans Du Benin, originarios de Benin el pequeño país ubicado al Oeste de África, lanzó en 1980 su Vol.1 (1980), con ‘Oyá Ka Jojo‘ como el tema más conocido y promocionado como dinamita latina en el lanzamiento original.
La mezcla de timbales y funk con el afrobeat es sencillamente increíble.
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Menciones honoríficas
Claro que quedaron fuera a artistas y discos igual de buenos que los mencionados, pero llevaría hacer por lo menos un top 30 para poder abarcar todo lo que debería estar, así que te quedas con otros bonus para seguir descubriendo esta corriente musical.
- El Bestial Sonido de (1971) de Bobby Cruz y Richie Ray.
- Top Percussion (1958) de Tito Puente.
- Nuestra Música (1985) de El Gran Combo de Puerto Rico.
- Subway Joe (1968) de Joe Bataan.
- Para La Eternidad (2016) de Celia Cruz.
La salsa aportó más que ritmo a la industria musical latina, ha sido el medio para las expresiones identitarias, uniendo pueblos y países enteros a través de su mensaje de resistencia y esperanza, la salsa ha acompañado protestas, movimientos políticos y sobre todo, a cada país Latinoamericano, maltratado por su propia historia.
Lo hermoso de esto, es que es música atemporal, es cultura heredada entre familiares a hijos y nietos, la salsa se mantiene viva porque es Latinoamericana, porque es lucha e historia, como dicen: ‘los latinos somos los únicos que podemos celebrar nuestras tristezas’.
