Así vivimos Adverso 2023
Texto por Miguel Preciado (@_miguelpreciado).
Fotos por José Flores (@joseeflow)
Remar contra corriente es una de las características de las promotoras independientes o que no están respaldadas por un gran corporativo.
ACK ha hecho en los recientes años una sólida base de eventos en los que apuesta por bandas que son difíciles que lleguen a la ciudad o que simplemente otras promotoras a nivel nacional no voltean a ver a Guadalajara y hacen su labor para conseguir una fecha aquí.
Justo de este espíritu con iniciativa es donde después de un buen camino recorrido, lograron consolidar su proyecto más ambicioso: Un festival. Así en el 2020, el Festival Adverso emergió para darle a la ciudad uno de los últimos respiros de música en vivo antes de la pandemia, ahora después de volver a reconstruir esos cimientos, el festival regresa para su segunda edición tres años después.
Siguiendo la línea de los sonidos oscuros, industriales y alternativos, Adverso tomó por sorpresa a la gente al anunciar su cartel con nombres tanto debutantes en Guadalajara, como otros ya con buenos vestigios en sus presentaciones a Eagles of Death Metal, The Soft Moon y Automatic hicieron un goce general al leer sus nombres en el cartel, ya que es la primera vez que nos visitaban.
Cold Cave, HEALTH y Human Tetris son proyectos que repiten en la ciudad, pero que al igual generaron expectativa, en especial los dos primeros, por ejemplo ya va para siete años de la visita de Cold Cave.
Un mundo diferente
Ya en el venue, se notaba el cariño que le pusieron al festival: Desde una organizada zona de comida-bebidas, áreas de descanso e incluso una ubicada frente al escenario alterno. Todo con libre acceso, sin separación de zonas. Las personas se apropiaban poco a poco del parque, que si bien, no es de gran extensión para un masivo, los organizadores supieron aprovechar cada espacio para brindar una experiencia lo más amena posible.
Aquí quiero mencionar algo para no ser repetitivo en los posteriores párrafos: Desde el acceso y la primera banda, hubo un retraso de horarios. Por ende, fue un efecto dominó; prácticamente iban desde veinte hasta un punto donde fueron casi 45 minutos tarde dependiendo la banda, y esta fue una constante durante toda la jornada.
Tendencias y apuestas locales
A pesar de los detalles antes mencionados, los primeros acordes de Marlento, una banda icónica en el under tapatío, provocaba que en el escenario principal fuera llegando quien accedió en primera instancia, ya sea para descubrirlos o volver a escucharlos. Después de tantos años de inactividad, su sonido sombrío y denso no ha cambiado con el pasar del tiempo, es de esas bandas que debe ser nombrada cuando te preguntan cuáles proyectos tapatíos merecen la pena escuchar.
Me gustaría llevar de forma no lineal el inicio del festival, ya que los proyectos locales y nacionales, aunque no hayan sido sets continuos, merecen ser mencionados aparte. Justamente esa esencia busca el festival: Una línea de curaduría desde la primera banda, hasta los actos principales donde todo congenie.
En el escenario Diverso, que fungía como alterno, Mooring hicieron del preámbulo al atardecer un lisérgico lapsus con su shoegaze y atmósferas abrasadoras, que con certeza aseguramos que ganaron algunos fans con cada canción que sonaba de su aclamado Blue Dream (2022), aún más cuando entre voces logramos escuchar: «¿De verdad son de aquí?», refiriéndose a que se presentaron como banda tapatía.
La gran sorpresa aún esperaba para tronar las bocinas, ya con el anochecer Grave / Mal, otro proyecto tapatío, pero esta vez con lo que las integrantes llaman trans punk, sonido sucio, en el buen sentido y letras sobre crítica social, de liberación sexual y a favor de la lucha de la mujer.
El dúo dejaba boquiabierta a la gente con su catarsis musical, presentando en su mayoría su Disco Muerte (2021), a forma de performance iban interpretado los tracks, el aplauso y los gritos al final de su turno fue el punto final ideal. Para quien crea que en Guadalajara no se tiene proyectos interesantes, acabo de mencionar tres muestras de lo contrario.
Oscuridad con destellos vespertinos
Hagamos un pequeño rewind a la soleada tarde, ya que las propuestas internacionales comenzaban a sonar con los canadienses de Big Brave y lo que ellos llaman metal experimental, que ronda más el doom con toques psicodélicos. Bastante intrigante a lo lejos para quien recién llegaba al venue o se acercaba al escenario principal para descubrir de dónde provenían esos acordes.
Siguiendo al turno continuó Cold Showers, proyecto que ya tuvo una breve aparición en la ciudad como teloneros de Human Tetris por allá del 2018. Aunque su sonido es fiel a la esencia básica del post-punk, es algo que gusta demasiado al público tapatío. El horario en que les tocó participar no fue el mejor y muchas personas paseaban por el lugar o visitan los diversos stands por el parque, dejando un poco desolado su show.
Creo que el sentir por descubrir sonidos era general, tanto como en el escenario principal, como en el secundario. El semblante de arribar y dejarse sorprender por lo que se escuchaba era obvio, precisamente esto es algo que sucedería con los actos que estaban por comenzar.
Invasión angelina
Da la casualidad que el resto de proyectos de la tarde-noche son provenientes de Los Ángeles, el trío Automatic fue el primer hit del escenario principal. Tocando canciones de sus discos Signal (2019) y Excess (2022), fueron dando forma a lo que vendría el resto del festival. Beats y baile, pero con un estilo más oscuro y experimental. A pesar de que la apariencia de las tres chicas fuera más de agrupación indie, su contrastante estilo musical dejaba en claro por qué estaban en el cartel.
Con un perfecto español, The Soft Moon dirigía palabras y agradecimientos cada que podía durante su show, y no era para menos; la gente le reconocía cualquier gesto que el angelino hiciera sobre el escenario.
La mezcla musical de The Soft Moon es totalmente diversa, pudimos escuchar elementos que nos recordaba al krautrock o darkwave, incluso con una especie de timbales marcaba el ritmo en repetidas ocasiones. Explosivo y aturdidor serían los adjetivos ideales para describir lo que nos entregó Luis Vasquez, líder de la banda.
Y si todo lo anterior no fue suficiente, el caos musical de HEALTH fue la cúspide de esta pendiente sonora. HEALTH es de esas bandas que tienen fans tan variados como los estilos en una sola canción. En una sección suenan a metal, a la siguiente industrial para terminar con electrónica. Eso sí, todo guiado por la batería y del otro extremo del escenario los sintetizadores de John Famiglietti.
Noise en su máxima expresión. A lo que pude percatarme, fue la banda que agrupó la mayor cantidad de personas, una plancha de la concha acústica que lucía con muy buena afluencia.
Balance de tiempos
Todo el tema de los horarios recayó en el turno de Cold Cave, ya que según la tabla principal tocaría un poco más de una hora, al final se redujo a no más cuarenta minutos. También el audio fue un aspecto a considerar, demasiado bajo a comparación de las anteriores bandas. Esto no impidió que quien iba por Wesley y compañía disfrutara y bailara, sobre todo en los temas más esperados de la noche: ‘Confetti‘ y ‘Underworld USA‘.
Eagles of Death Metal es esa banda de rock que puedes poner en la fiesta, bailar sus canciones y pasarla bien con tus amigos mientras los escuchas. Desde el inicio, con solo ver a Jesse salir enfundando en una llamativa y brillante capa, podíamos augurar el tipo de show que nos esperaba.
Blues, garage, rockabilly, cualquier rama que signifique una guitarra rítmica, EoDM la transporta al escenario para el disfrute de las y los fans, es que el mismo Jesse dijo: «Mi corazón late al ritmo del rock and roll«. Repasando temas de sus Peace, Love, Death Metal (2004) o Death by Sexy (2006) la banda de California logró ponerle un divertido, pero grandioso cierre a esta edición del festival.
No está de más mencionar la confusión de la mayoría al esperar ver a Josh Homme salir con la banda, cuya ausencia se notó. A ciencia cierta, no ha dejado el proyecto, pero creo que desde las acusaciones de violencia doméstica y sexual a su persona, no ha participado mucho en público con sus proyectos.
Adversidades y oportunidades
Una dualidad muy marcada para el festival. Primero reconocerle la labor de armar un entorno y amenidades para el público. Lo principal: La curaduría del cartel, ya que si lo vemos desde la perspectiva en que cualquier banda que se presentó, es difícil que venga de forma individual a la ciudad.
Adverso cumple el rol de recolectar proyectos unitarios, para que funcione como un colectivo, además de perfilar dichas bandas para que sean del agrado de un mismo fan dos, tres o más proyectos y así generar la asistencia.
Su principal adversidad esta ocasión fue el tema de los horarios y audio. Se sabe que al momento puede llegar a olvidarse el tema ya que estás disfrutando la música y convivencia, y mientras se haga lo posible por reordenar el tema, pero igual no deja de ser un asunto bastante evidenciable, más aún con el corte al set de Human Tetris por las irremediables fallas de sonido.
El festival Adverso es una gran apuesta que debe seguir vigente. Guardando sus respectivas distancias y diferencias, nos puede remitir a conceptos en CDMX como lo es NRMAL o Hipnosis: Festivales «chicos» en cuanto a asistencia e infraestructura, pero con propuestas que merecen completamente la pena.
Esto es algo que Guadalajara no había tenido en su historial, y ahora que por fin llegó, se debe mantener en pie. Estamos segurxs que corrigiendo errores y siguiendo con esa postura de arriesgarse por bandas poco convencionales, logrará consolidarse y romper el epicentro musical del país.