A cinco años de ‘Melodrama’ de Lorde, el soundtrack de una generación
“Nos contamos historias a nosotros mismos para poder vivir” y es en la música donde encontramos un acompañante a nuestras experiencias o tal vez es la música misma quien define aquello que nos ocurre. Si algo es cierto es que en cada canción y sus letras hay un pedazo del artista y también de toda persona que las escucha y se identifica.
Lorde desde hace casi una década se posicionó como una pródiga del pop. Con el lanzamiento de Pure Heroine (2013), la artista de tan solo 17 años en ese momento se caracterizó por un sonido compuesto de algo más que solo pop, una mezcla de electrónica, hip hop y hasta folk, acompañada de su brillante mente, aportó algo que demostraba sabiduría más allá de sus años. Y como ella mismo lo dijo “el pop no tiene por que ser estúpido y la música alternativa no tiene que ser aburrida”, y sus trabajos dejan en claro que la fusión creativa de sonidos distintos lleva a posibilidades infinitas.
Siendo una de las artistas que creció gracias a internet, formó parte de la creación de una cultura particular, donde muchos de nosotros nos refugiamos del mundo a nuestro alrededor y los dolores de crecimiento. Su música frecuentemente relata las tragedias de la adolescencia y el primer adentramiento en “el mundo real” y todo lo que eso conlleva.
Melodrama (2017) surgió casi cuatro años después de su álbum debut, con una Lorde más madura, con “más mundo” que la Lorde de Pure Heroine (2013), pero qué aún batalla con muchos de los mismos problemas juveniles, porque nadie nace sabiéndolo todo y mucho menos cuando de corazones rotos y crecer se trata. Tratando temas como la soledad, el fin de la adolescencia, dejar la casa donde alguna vez crecimos, el primer amor, etc. Lorde ha sido catalogada por muchos como la voz de esta generación.
El glamour, el trauma y el melodrama
Con tan sólo ver la portada de Melodrama (2017) podemos comenzar a sentir la atmósfera cuyo sonido fabrica. El rostro de la artista que podría estar mirándonos fijamente o tal vez completamente perdido en otra realidad, se rodea de azules brillantes dignos de admirar, que además sirven para pintar las temáticas que detrás de esa fachada se encuentran.
El concepto del álbum, es un recorrido durante el progreso de una fiesta, desde la expectación hasta la desilusión y finalmente el desenlace anti climático, que a la vez es una metáfora de la experiencia de un enamoramiento intenso y fugaz.
Pero es algo más que solo un álbum de corazones rotos; es el estudio de la mujer joven, de la soledad; es el duelo de ese amor pero también de la realidad que alguna vez conocimos y que ahora se desenvuelve de manera completamente distinta frente a nosotros.
Su primer álbum es la experiencia de un suburbio neozelandés con todo el aburrimiento, las quejas y el anhelo por salir de ahí, Melodrama (2017) es lo que sucede cuando uno sale al mundo con nada más que un corazón abierto y una necesidad de experimentar sensaciones hasta topar con el límite.
Al escuchar cada canción nos podemos familiarizar con la sinestesia experimentada por la propia artista, colores fluorescentes acompañan a cada uno de los once tracks, hasta a aquellas baladas serias y sombrías, que narran un poderoso pero melancólico sentir.
Dinamita casera y otras explosiones sonoras
‘Green Light‘, es la canción de ruptura por excelencia, el opening del álbum y de la fiesta en la cual somos espectadores. La base de piano y el sintetizador acompañan la voz honesta de Lorde, quien canta el himno de un fin que a la vez es un comienzo.
Con musicalidad similar en lo eufórico, ‘Homemade Dynamite‘, también un single, captura con más precisión la atmósfera de una fiesta, donde las consecuencias de la diversión pueden ser trágicas, pero todo esto se trata con ironía y cierto desdén, por que en esos momentos nada importa más que pasarla bien.
El closer ideal, ‘Perfect Places‘, encapsula todo lo vivido en esa fiesta, es un cierre a lo que se siente, “i’m 19 and i’m on fire”, todas las experiencias de esa noche y esa vida nos llevan a terminar solos y exactamente en el lugar en el que debemos estar.
La balada ‘Liability‘, tal vez la más simple en cuanto a composición pero con las líricas más honestas, con las que todos alguna vez nos hemos identificado, tiene a un suave piano como un secundario de la voz de Lorde que transmite un sentimiento denso pero universal, sentir que somos demasiado complicados para el amor.
Otras canciones como ‘Hard Feelings/Loveless’, ‘Sober II (Melodrama)’ y ‘Supercut’, con sonidos más electrizantes y hasta densos, so. donde la cantante se permite jugar con la voz, cambios en la melodía y detalles sonoros como destellos, voces atenuadas y epopeyas que toman por sorpresa en cada escuchada.
‘The Louvre’ y ‘Writer In The Dark’, las otras dos baladas del álbum, la antítesis una de la otra, narran el inicio de una relación digna de ser colgada en un museo y el fin de la misma, donde los sentimientos permanecen pese al desenlace.
El álbum hace uso del pop en distintas variantes: synthpop, electropop, artpop, apartándose un poco de las bases de hip hop de su álbum debut, sin embargo Melodrama es también punto de convergencia con el r&b y hasta el soul.
Uno de los productores, Jack Antonoff, gurú del género , quien ha colaborado con otros grandes nombres de la misma terna como Taylor Swift y Lana del Rey, explora sonidos impredecibles y chillantes con una combinación de intensidades como las emociones mismas, desembocando en ritmos repletos de color.
Recopilación de contradicciones
Melodrama (2017) es entonces un acompañante para cuando cantamos en el cuarto vacío de nuestra existencia. Es un cuento compuesto de contradicciones.
Íntimo pero universal, hedonista pero que invita a buscar el bien, habla del odio a uno mismo, pero con cierto narcisismo, una explosión brillante que se atenúa hasta que se vuelve gris, es melodrama pero sin tomarse nada demasiado en serio.
Este álbum es el soundtrack de la “loveless generation” de la cual pocos se atreven a adentrarse en las complejidades del amor y la esencia de uno mismo. Con melodías que suben y bajan, como la vida misma, nos lleva a la realización de que en este mundo estamos solos y está bien.
Lorde en México
El regreso de Lorde a suelo azteca se consagra el día de hoy, a cinco años de su pináculo creativo más abismal.
Este octubre del año en curso seremos testigos de un sentimiento sublime, de regresar a cantar nuestros tracks más significativos de la artista de su álbum Solar Power (2021).
La neozelandesa se presentará los días 11 y 12 de octubre en el Pepsi Center de la CDMX y el 14 en el Auditorio TELMEX de GDL. El sábado 15 lidera el cartel de Live Out 2022 en MTY.
Los boletos están ya a la venta en Ticketmaster.