El 12 de marzo, Shakira dio inicio en Monterrey a la etapa mexicana de su gira Las Mujeres Ya No Lloran Tour, marcando su regreso al país tras su última visita con El Dorado World Tour.
La colombiana abrió su serie de presentaciones en Monterrey con un show espectacular, continuando después con dos fechas en Guadalajara y siete en Ciudad de México.
En la capital, ha hecho historia al convertirse en la primera artista femenina en agotar siete fechas en el Estadio GNP Seguros, superando el récord previo de Taylor Swift con cuatro. También ha batido el récord del Soy Rebelde Tour de RBD, que contaba con seis presentaciones en el mismo recinto.
Una gira ambiciosa y llena de emoción
Shakira ha descrito en entrevistas que esta gira es el mayor espectáculo de su carrera, con la producción más ambiciosa hasta la fecha, donde la acompañan músicos con los que ha trabajado durante años, como el director musical y guitarrista Tim Mitchell, el baterista Brendan Buckley y el pianista Albert Menéndez, además del bajista Donald Alford II.
El concierto comenzó con una introducción visual que repasaba las distintas ‘eras’ de Shakira, reflejando su evolución artística en más de 30 años de trayectoria. Uno de los momentos más esperados de la noche fue Camina con la Loba, donde 80 fans seleccionados a través de una dinámica con EXA Radio subieron al escenario vestidos con chaquetas metálicas y gafas oscuras, acompañando a la artista en su entrada triunfal.
Shakira en Monterrey: un recorrido por su legado musical
Desde el primer acorde de ‘La Fuerte‘, quedó claro que la noche sería inolvidable. Shakira mantuvo la energía con ‘Girl Like Me‘, una colaboración con Black Eyed Peas que exalta el empoderamiento femenino y la identidad latina. Luego, llegó el turno de un mashup nostálgico con ‘Las de la Intuición‘ y ‘Estoy Aquí‘, temas que transportaron a los fans a sus primeros éxitos.
La versatilidad de la cantante brilló en ‘Empire e Inevitable‘, donde mostró su destreza con la guitarra. En ‘Te Felicito‘, recreó el escenario del videoclip junto con los característicos robots, mientras que en ‘Copa Vacía‘ evocó el elemento del agua, encarnando a una sirena.
Para la canción ‘La Tortura‘, su icónica colaboración con Alejandro Sanz, el escenario se transformó en un ambiente cálido e intenso, representando el fuego. Aunque Alejandro Sanz no la acompaña en vivo, uno de sus coristas se encargó de interpretar su parte, logrando mantener la esencia de la canción.
Uno de los momentos más emotivos llegó con ‘Acróstico‘, donde los hijos de Shakira, Milan y Sasha, aparecieron en la pantalla cantando junto a ella. La conexión con el público se intensificó en ‘Antología‘, la canción más votada por sus seguidorxs en redes como la que más esperaban escuchar en vivo.
Coreografías, vestuario y un cierre impactante
Lxs fans, conocidos como ShakiLovers, hicieron de la noche un espectáculo visual con sus atuendos inspirados en distintas etapas de la cantante: pelucas moradas como en ‘Las de la Intuición‘, lentejuelas y brillos reminiscentes de Suerte. La producción también destacó por su impresionante despliegue escenográfico y vestuario, con piezas de diseñadores como Anamika Khanna y Atelier Versace, además de joyas exclusivas de Tiffany & Co.
Hacia el final, el ambiente se encendió con ‘Hips Don’t Lie‘, donde Shakira demostró por qué sus caderas no mienten con una coreografía impecable. En ‘Chantaje‘, sorprendió con una versión salsa, seguida por Monotonía, donde incorporó pasos de bachata.
Antes del cierre, la cantante compartió un mensaje de reflexión sobre el amor propio y la resiliencia: ‘De las caídas más grandes nadie se salva, pero no es el final, sino el comienzo de un vuelo más alto’.
El final del show fue digno de una loba. ‘Waka Waka‘ puso a todxs a bailar, pero el encore fue espectacular. Shakira volvió al escenario para interpretar Loba, encendiendo la energía del público una vez más, antes de cerrar con la poderosa ‘BZRP Music Sessions #53‘, un himno que celebra el empoderamiento femenino y dejó a todos coreando hasta el último segundo.
La primera noche en Monterrey fue un recordatorio de que Shakira sigue siendo una de las artistas más queridas y relevantes del mundo. Su show combinó nostalgia, innovación y un mensaje poderoso: las mujeres ya no lloran, ¡las mujeres facturan y dominan los escenarios!
