Los20del23: 13: Playing Robots Into Heaven de James Blake
Hablar de James Blake engloba taaantos términos: R&B, techno, house, pop y a veces soul. Y justamente el nuevo disco de Blake, Playing Robots Into Heaven (2023), es un álbum que demuestra el momento cúspide del multifacético compositor inglés.
Los fans conocen muy bien el trasfondo musical de James; desde su padre, el guitarrista de dela banda de rock progresivo Coloseum, su gusto por el techno, el tiempo que pasó con Kanye West y su título universitario en música popular lo han consolidado como uno de los artista mas eclécticos de la modernidad.
Collage sintético atemporal
Los primeros pasos de Blake por allá del 2011, reflejaban un cambio de era; dejar atrás la agresividad del dubstep para dar un nuevo comienzo al minimal, a la música etérea con pausas y distorsiones, al mismo tiempo que se le agregaban coros gospel y pianos entristecidos.
A medida que trascurría el tiempo y con una madurez musical increíble, Blake lanzó Overgrown (2013), álbum que lo catapultaría hasta la cima. Pero no estamos aquí para hablar de la trayectoria de James sino para lograr entender por qué Playing Robots into Heaven (2023) es un increíble disco que ha pasado desapercibido este año, con pocas reacciones ante los críticos.
Abriendo el repertorio nos encontramos con ‘Asking to Break‘, llena de voces torcidas, baterías que simulan lluvia y la fina voz de James, muy al estilo de Sam Smith; esta canción increíblemente infravalorada debería ponerse en el plano de nuevas construcciones musicales.
‘Loading‘ incluye una voz femenina y beats característicos del house que incrementan su velocidad y dinamismo conforme se desarrolla el track. ‘Tell Me‘ está medianamente bien, un 50-50 muy 2012. ‘Fall Black‘ es un track oscuro con tintes industriales que a mi parecer funcionan mejor sin vocales, y que da un respiro en el primer tercio del álbum.
Experimental pero vivencial
‘He’s Been Wonderful‘ es un collage sintético que funciona de manera extraña, comienza con un estilo de hip hop ochentero, desarrolla con un gospel avivado y culmina con un increíble hyperpop noise, exquisito. 1000/10.
‘Big Hammer‘ es buena, fresca, muy Gen-Z, rap agresivo con líricas más apresuradas. ‘I Want to Know’, es una canción difícil de describir; es calmada pero no pacífica y no destaca mucho a diferencia de otros tracks de ambient. ‘Night Sky‘ mantiene un perfil bajo para darle paso a ‘Fire the Editor‘, que sin rodeos es la canción más hermosa del álbum, Blake encauza su voz a un plano celestial.
‘If You Can HearMe‘, nos encamina hacia el final del álbum, tranquilizándonos con notas graves de piano y una voz profunda para pausar y continuar con ‘Playing Robots Into Heaven‘, la última canción del álbum que no es otra cosa que un ending experimental que no juega tanto con los matices sino con las disonancias.
James Blake presentará este disco en la próxima edición del festival AXE Ceremonia 2024, los días 23 y 24 de marzo en el Parque Bicentenario de la Ciudad de México.