Reseña de Fearless Movement (2024) de Kamasi Washington

Se tiene esa percepción pretenciosa, digámoslo como es, de que el jazz es música «para el alma» o «espiritual», pero personalmente preferimos alguna de esas, que aquella donde se dice que el jazz es música «elegante» y «refinada» cuando recordemos que el género fue un escaparate para las poblaciones marginadas en Estados Unidos, principalmente la comunidad negra.

Con esa fuerza y trasfondo que el jazz ha tenido durante décadas, en recientes años Kamasi Washington las retomó para asentar su visión musical en una escena under de jazz en Estados Unidos y con autoridad tomar el liderazgo de lo que se hace en el país vecino.

Las comparaciones de Kamasi Washington con los grandes exponentes del jazz comienzan a surgir, creemos que son innecesarias, Kamasi está creando su distintivo musical con un equipo de colaboradores a su alrededor y por supuesto, él liderando la dirección de su sonido.

Justo este distintivo ha hecho que el Angelino comience a forjar su legado, en distintos lados podemos leer el cómo se maneja que The Epic (2015) o Heaven and Earth (2018) se han convertido en discos inductores al jazz para las generaciones jóvenes, precisamente eso refuerza la idea que no merece ser comparado con los nombres pilares, si no que comencemos a ver su obra como el abanderado de una nueva generación que está cautivando a otra.

Fearless Movement (2024) es el sexto trabajo de estudio de Kamasi, el cual él mismo ha definido como un ‘álbum de baile’, con esa declaración se puede notar la ambición con el cual fue concebido, en el mismo comunicado de prensa, desarrolla el concepto, al aclarar que no es baile en sentido de clubes o discotecas, va más en una visualización donde el baile funge el rol de movimiento y una forma de expresión a través de tu cuerpo.

Inevitable destino

El ser humano es tan diverso, que Washington supo plasmarlo a la perfección en la gama de sonidos a lo largo de los doce tracks que componen el disco, Kamasi antes de tener su boom solista, se había caracterizado por haber colaborado con grandes artistas como Kendrick Lamar, Snoop Dogg, Run the Jewels y Flying Lotus, pero esta ocasión, él recibió a la gama de invitados para este disco.

Los dos más notorios serían André 3000 en la hipnótica ‘Dream State’, recordemos que André está en su etapa experimental donde lanzó un álbum tocando solamente la flauta transversal, esto junto al explosivo saxofón de Kamasi, hacen de este tema algo inigualable.

Complementa el ejemplo Terrace Martin en el interludio ‘The Visionary’ otro nombre de culto en el ámbito jazz-hip hop, productor de Travis Scott, SZA y Busta Rhymes, donde a pesar de tener un gran historial en hip hop, el jazz definitivamente es lo suyo.

¿Por qué hago mención a los colaboradores? El disco en gran parte, aunque no prioritariamente, se debe a ellos, la diversidad que el jazz permite es única, Kamasi también decidió incursionar hip hop con D-Smoke en ‘Get lit’ un tema donde la batería y el saxofón fungen como caja de ritmos para marcar el beat en las rimas donde se habla de trascender y haciendo analogías de la vida y la fé.

Taj Austin es otro de los raperos que podemos escuchar en ‘Asha the First’, donde también participó un viejo conocido de Kamasi, Thundercat y la que quizá es la aparición más importante: su hija Asha de tres años, que toco el teclado y que podemos ver en la portada del disco a su costado

En este tema que nos transporta a un enérgico sonido, el cual es el característico de Kamasi, un saxofón hasta cierto punto enfado, explosivo y agresivo, que da el cortón de golpe para que Taj comience sus rimas que mantienen esa crudeza de la música, lanzando consignas existencialistas, hablando sobre la fatalidad, frustración y un ‘inevitable destino’ una combinación extraordinaria.

Fatalismo catártico

Para ‘Together’ podemos escuchar una base más soul y melosa, donde BJ the Chicago Kid otra referencia del under, nos encanta con su voz y haciendo una declaratoria al amor, donde suelta la línea más hermosa del tema y quizá del disco: ‘cada noche soñaré con abrazarte y que nuestros corazones se encuentren’, todo con un delicioso sonido tenue y suave, contrastando con lo que anteriormente les planteamos, que Kamasi está haciendo de la furia saxofonera su estilo.

Para completar la finísima lista de invitadxs, en ‘Computer Love‘ tenemos a Patrice Quinn, un colectivo de Los Ángeles. Battlecat DJ y productor de Hip Hop y el pianista Brandon Coleman, aquí es donde uno puede darse cuenta que Fearless Movement (2024) es más que un disco, salvo André 3000, Kamasi reunió a lo más destacado de la escena de California y logró crear un vestigio musical para presentarnos a lo que suena su ciudad.

‘Prologue’ es uno de los cierres de discos más explosivos que hemos escuchado en los últimos años, el tema es una constante ascendente donde cada nota da de sí misma absolutamente todo, generando una atmósfera fatalista y catártica, entrando en juego la constante suposición de que el final se acerca, pero como si fuera un loop te da un nuevo comienzo para volver a experimentar el proceso de éxtasis, asombrosa forma de cerrar un álbum.

Reseñar música instrumental, en este caso jazz, suele ser conflictivo porque como tal intentamos que sea una reseña, más no una crítica técnica-musical, ni un desglose de notas y estructuras, optamos por escribir esas sensaciones y matices que se nos vienen a la mente al escuchar los temas, como si fuera una obra de arte, donde al verla en una sala, en algún punto te hace razonar sobre qué ves y el porqué, en este caso, que escuchamos y lo que cada canción nos genera.

Con Fearless Movement (2024) experimentamos serenidad, atemporalidad, temas donde los claroscuros se hacen presentes, pero por más increíble que se pueda leer, todo el sentir va acompañado con una constante energía y furia las cuales te invitan a entregarte por total en el éxtasis presencial y pasional, la música de Kamasi Washington nos invita a una total redención ante este nuevo referente del jazz.