¿Qué pasa si unes anime, pop de los ochenta, synths, cultura zapoteca y simbolismo bíblico? Nace Armaggedon (2023), el segundo álbum de Valgur, la joya oaxaqueña que es un diamante en bruto.
Elizabeth y Hugo Valdivieso conforman el dúo que tuvo sus orígenes en Juchitán, Oaxaca y que hoy en día radica en la diversa Ciudad de México.
Weaboos y con linaje internauta
A lo largo de su carrera musical han logrado crear todo un universo a través de su estética, filosofía y cosmovisión, en donde cada cosa tiene un simbolismo, desde los nombres de sus canciones hasta la vestimenta que utilizan en sus presentaciones en vivo.
‘Las capuchas son un uniforme que hemos adoptado. El color negro se ha convertido en algo más profundo que lo estético, la espada simboliza la fuerza y la lucha interna’, menciona la cantautora.

La relación que tiene Valgur con la cultura japonesa resulta de la exposición a la que han estado al internet y todo el bagaje cultural que ha llegado a sus manos desde el otro lado del mundo.
‘Conocer la música japonesa, ha sido uno de los shocks más grandes que hemos tenido: desde el pop japonés hasta el synth’, explica Elizabeth, quien da voz a las canciones del dúo.
Un nuevo nivel para Valgur
También menciona que su próxima presentación en AXE Ceremonia 2025 es sin duda alguna la más importante de su carrera y el escenario más grande en el que se presentará Valgur hasta la fecha.
Por esta razón, el performance está curado cien por ciento por ellos y refleja sus personalidades y todo aquello que han ido adoptando año tras año como personas abiertas al mundo virtual.
“Armaggedon es un universo que hemos creado con todo lo que conocemos… Nos sentimos muy agradecidos de poder compartir con otros artistas.”
En contraposición con su álbum debut, explica que ‘Zapandú es el álbum de nuestro origen, ahí tenemos una canción cantada completamente en zapoteco porque en casa se hablaba zapoteco por parte de mis padres, y Armageddon es un universo que nosotros hemos creado a partir de quienes somos.”

Raíces culturales y sus inicios
El dúo ha estado inmerso en la música desde los ocho años, creando maquetas y sampleos. Elizabeth y Hugo crecieron en un hogar en donde era más fácil tener acceso a instrumentos musicales que a juguetes. Además, al ser hermanxs han forjado un blindaje creativo muy robusto, ya que desde la infancia han compuesto música juntxs.
‘Hemos hecho música desde que tenemos ocho años, yo principalmente en la guitarra y mi hermano haciendo maquetas’, menciona Elizabeth.
Y aunque casi todo fue musical, también crecieron en un seno católico. Es por ello que lxs hermanxs hacen alusión a narraciones y elementos bíblicos que están directamente relacionados con sus creencias e identidad: ‘La espada simboliza la fuerza que hemos tenido para transformarnos en quienes somos actualmente’.

Valgur tomando forma
Toda esta mezcla de pensamientos, nuevas ideas en conjunto con el tiempo que llevan radicando en la Ciudad de México, ha convertido a Valgur en una de las propuestas más cosmopolita dentro de la escena musical. Esto les ha llevado de gira por Estados Unidos y parte de Latinoamérica.
“El año pasado y el antepasado estuvimos de gira con Magdalena Bay, además de tener una gira propia por México», menciona Elizabeth.
Así como en el extranjero, también han tenido presentaciones memorables en nuestro país, como la vez que tocaron en la Frikiplaza de la Ciudad de México. ‘Esa vez fue una gran experiencia porque fue muy sencillo’, afirman. ‘Es un lugar en donde convergen múltiples identidades y la gente está abierta a muchas cosas… Fue un gran show’.
La vida después del Armaggedón
Está claro que la carrera de los hermanos Valdivieso está en ascenso y resulta fácil imaginarlos en escenarios internacionales o visualizarlos inmersos en nuevos proyectos o lanzamientos.
‘Se vienen muchas cosas buenas para Valgur, muchas presentaciones, más noticias y sobre todo más música’, añade Elizabeth.
El proyecto oaxaqueño será uno de los actos que se presenten en el festival AXE Ceremonia. Tocarán el primer día, el sábado 05 de abril, en el Parque Bicentenario de la Ciudad de México.
