El orden del caos, la tesis dream-pop y shoegaze de DIIV para la capital tapatía
Txt por Miguel Preciado (@coercista).
Ph por Desireé Ramírez (@desyfree).
Si la curiosidad les gana y se adentran a los comentarios en los videos de DIIV en YouTube, podrán notar la constante buena vibra que sus fans le dan a la banda, muchos refiriendo que fueron parte importante de momentos difíciles, otros cuantos hablan sobre la relevancia de su música en su día a día, incluso varios donde declaran que el cuarteto de Brooklyn «les salvó la vida».
Justo aquí podemos ir relacionando la influencia de la música noventera con la cual DIIV conceptualiza su sonido y se replica en ese sentido de pertenencia de las nuevas generaciones hacia sus bandas favoritas, justo como las juventudes de hace tres décadas concebían totalmente suyas a las agrupaciones que consumían.
Semblanza cotidiana
DIIV es ese perfil de banda que sabe conjugar a la perfección corrientes musicales para crear su identidad, todo lo que compone su estructura musical es un collage digno de los 90s: Shoegaze, dream-pop, lo-fi y post-punk conforman su columna vertebral, siempre una diferenciada de la otra, pero que a su vez, crean un increíble sonido donde la ejecución en directo es tan palpable, que te provoca bailar tenuemente, brincar y hasta hacer mosh de un track a otro.
Once años de existencia y DIIV ha sentado su base de fans en el país, desde su primer visita en el Corona Capital 2015, hasta su presentación en el Hipnosis 2018, ha ido uniendo adeptos y adeptas a su sonido. Esta ocasión fue la primera visita de la banda a GDL y como suele pasar, el evento generó gran expectativa.
Cuando se anuncia un concierto enfocado a ese segmento tapatío, el asistente promedio siempre ronda la constante de que está al tanto de los medios internacionales de música, que se actualizan con las novedades en la industria y que cazan las letras pequeñas de los grandes festivales para hacer su festín anual de actos que ver «antes de que se hagan más populares», los mismos que ya se conocen e intercambian saludos desde la pequeña explanada del venue.
Con Fabriccio de la Mora y su nuevo conjunto musical fue la manera en que se le dio la bienvenida a las y los asistentes al C3 Stage, agrupación que propuso sobre la tarima sonidos post-rock, noise y espaciales, como el mismo Fabriccio menciona en diversas entrevistas, con un set de casi cuarenta minutos fue como el público hacia de la espera algo disfrutable para el acto de la noche.
Amamos a los Aliens
Haciendo su respectivo line check, Andrew y Zachary fueron los primeros en subir y bajar del escenario, para seguir con una pausa de cinco minutos y comenzar el concierto con ‘For the Guilty‘ & ‘Skin Game‘ de su más reciente disco Deceiver (2019). Al tener una discografía aún corta, repasarían temas de sus dos antiguos álbumes, los mismos que les dieron el auge del que gozan actualmente.
‘Loose Ends‘, ‘Bent (Roi’s Song)‘ y ‘Under the Sun‘ conformaron parte de la retrospectiva del Is The Is Are (2016), por su parte ‘Human‘, ‘(Druun)‘, ‘Past Lives‘ lo hicieron para el Oshin (2012), el cambio de sonido en su actual producción fue un tema que se escuchaba en las pláticas, guitarras más crudas, distorsionadas y hasta con matices grunge es el distintivo de su Deceiver (2019), el cual fue el protagonista de la noche al tocarlo casi en su totalidad.
Como lo dije hace unos párrafos, este collage musical hizo que el concierto se sintiera más corto de lo en realidad fue, pasando de estruendosas guitarras a los acordes bailables, haciendo transición con sus canciones instrumentales, para aderezar con ritmos densos marcados por la batería de Ben para sus facetas más post-punkeras.
La recta final del concierto puso la energía al tope, logrando los primeros círculos de moshpit con ‘Blankenship‘, la cual fue la última canción antes de que regresaran al encore y despedirse con ‘Doused‘ la más esperada de la noche y la que, ahora si, puso a más de la mitad del C3 a hacer un intempestivo slam, finalizando el set de los neoyorkinos de gran manera.
Estas propuestas que, aunque en la teoría ya cuentan con algunos años de trayectoria, están siendo realidad y se sientes frescas gracias a las apuestas por parte de la promotora Nueva Ola, haciendo que GDL retome esa relevancia en las visitas de las bandas. Por supuesto DIIV fue un gozo total, pero su próxima cartelera también es para frotarse las manos y ponerle atención a la oferta que proponen.
Noche redonda, con la cual muchas personas vuelven a tener esperanza de que la ciudad seguirá recibiendo bandas y proyectos que tanta falta le hacían a esta diversa área metropolitana.
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