Electrónica, Vanguardia y Moda: la época dorada del Pop Mexicano en los noventa
Históricamente el pop tiene más importancia y valor, contrario a lo que se cree, es la vertiente musical ideal para plasmar tendencias, delimitar hábitos de consumo y musicalizar momentos relevantes en aspecto sociocultural.
Si, realmente la industria pop tiene una historia, pasado y legado actual inmenso, desde marcar récords de venta de discos y asistencia a conciertos, crear el fenómeno que traspasó lo musical para convertirse en uno social como las boy bands, hasta llegar a la actualidad con momentos icónicos en televisión y la viralidad en redes sociales.
La línea temporal del pop es un tema completamente aparte, pero en esta ocasión nos enfocaremos a plasmar una semblanza, relevancia y legado que el Pop Mexicano tuvo en nuestro país y hasta en el continente.
Como toda corriente musical, es inevitable comenzar a trazar un árbol genealógico de géneros y subgéneros, en el que poco a poco las vértices van tomando forma y a cierto punto la mayoría de música coincide, ya sea por una visión o por el sonido.
Con el Pop en México, como lo concebimos: estructuras digeribles y coros pegadizos tiene sus pioneros con nombres como Angélica María, José José, César Costa y Alberto Vázquez por mencionar algunos, hacemos esta aclaración porque se puede confundir con la música ‘popular Mexicana’, la de Consuelito Velázquez, Agustín Lara, las composiciones de María Grever o José Pablo Moncayo.
Con una notable influencia de rock y blues Estadounidense en su versión más básica, pero con el distintivo de que incursionaron esa ‘formalidad’ en presentaciones de la chanson Francesa y la ‘teatralidad’ en los performances televisivos típicos de Italia o Europa en general.
Durante la década de los ochenta, el pop en nuestro país ya tenía referentes que rompían más con esa formalidad y semblanza un tanto refinada, en estos años se podía ver ligeras apuestas por música disco, dance o comenzar a replicar estilos en girls bands como lo fue el exito de Flans, en este punto es donde todo comienza a tomar forma.
¿Por qué lo recalcamos? El Pop Mexicano durante su mejor época es íntegramente una adaptación de otras tendencias mundiales a nuestra cultura.
El arrollador éxito de ‘Las mil y unas noches’ con obvia influencia al estilo de Mecano y toda la movida Madrileña, marcó pauta y guió el camino para lo que sería el boom noventero.
Durante la década de los noventa la industria musical Mexicana creció abismalmente, no solamente en el Pop, también el Rock llenaba foros y en algunas partes del país la Banda o Tecnobanda era la reina absoluta con bailes masivos.
Seamos sinceros, las agrupaciones y/o solistas de Pop en el país eran producto de las disqueras o la principal televisora en el continente: Televisa, esto era una ambivalencia, porque prácticamente dictaban el consumo musical al grueso de la población, a su vez entregaban productos con sonidos a los que difícilmente se podían acceder sin haber viajado o tenido un amplio bagaje cultural.
Esto no solo era simple Pop durante esos años, sin que la gente lo supiera, el Eurodance, Electrónica y hasta música de vanguardia como el Trip Hop o Downtempo se hacían presente en los principales temas.
Sin hacer una retrospectiva exacta, iremos mencionando los estilos que adoptaron las agrupaciones o cantantes.
Synth Pop & House
De los ejemplos más conocidos, es lo que Chacho Gaytán junto a Alessandra Rosaldo propusieron, en este caso realmente Chacho componía la música, quizá de todos los nombres son los que menos tenían una línea impuesta por terceros, Sentidos Opuestos hizo que el Synth pop se convirtiera en una tendencia en el país, claro replicando lo que se hacía con bandas como Depeche Mode, Erasure o Pet Shop Boys.
La estética en los vídeos también era un guiño a lo que estaba sucediendo en el circuito clubbing Europeo, principalmente en UK y Berlín, estos beats más House y Big Beat, fueron principalmente usados por Paulina Rubio en su ‘Planeta Paulina’ (1996), además la imagen que proyectaba de empoderamiento en contraste con lo teen de otras agrupaciones le dio más peso a su propuesta.
Aunque para los años mencionados el circuito electrónico en México ya era basto, pero mantenía en un espectro underground, el pop retomó estas corrientes para llevarlo a las masas, por supuesto no está de más mencionar nombres como: Década 2, Syntoma, Silueta Pálida o Casino Shanghai que merecen una nota aparte sobre cómo surge la electrónica nacional.
Eurodance
Lo que sonaba en el mundo entero aquellos años era el Eurodance, México no podía quedarse atrás y esta vertiente es la que nos entregó los proyectos más grandes, famosos y duraderos en la industria, incluso dando pie a giras de reencuentro en pleno 2024.
Jeans fueron la agrupación ‘lolita’ por excelencia, esa que evocaba la adolescencia, en sus letras el descubrimiento del amor y temas con inocencia, que en la teoría se le conoce como bubblegum pop.
Esta mezcla todavía tomó más fuerza al verse involucrada la moda, las integrantes eran referente para las niñas y adolescentes mexicanas, peinados con chongos, maquillaje multicolor y accesorios de plástico colorido era un obligado en el guardarropa juvenil
Estas características definieron una estética que priorizo la diversión, color y la actitud desenfadada, marcando la época con un reflejo de las tendencias y la adaptación cultural local.
En ‘Enferma de amor’ si dejamos las instrumentales, tenemos uno de las mejores bases Eurodance en nuestro idioma, para ‘Dime que me amas’ el beat ralentizado nos evoca al downtempo y hasta poniéndonos exigentes, coquetea con el IDM, aunque el grupo tuvo bastantes alineaciones y una que otra polémica, sus primeros trabajos fueron totalmente dirigidos a la pista de baile, más juvenil.
Quien llevó al máximo este sonido Eurodance sin duda alguna fue Lynda con ‘Dile’, sin necesidad de desglosar el tema, desde el inicio fue pensado para atraparte con esa secuencia Big Beat muy al estilo Underworld o Fatboy Slim, el vídeo marcó tendencia al usar elementos más fantasiosos y ser de las primeras coreografías que pasaron a pertenecer al dominio público entre las adolescentes
Mencionamos esa característica estética para unir el tema con la que muchos consideran la mejor canción pop del país: ‘La Calle de las Sirenas’ de Kabah. Rodeada de leyendas urbanas sobre su significado, desde uso de drogas, que era dedicada a las trabajadoras sexuales o simplemente temas oníricos aleatorios, este tema convirtió a la agrupación en una de las dos más importantes en la historia del pop junto a OV7
‘La Calle de las Sirenas’ también incluía sonidos Dance, de nuevo retomamos el tema de la moda, Kabah marcaba tendencia en un estilo más cyberpunk y futurista, les ayuda que vivieron el boom durante la era Y2K, jugando con los roles de género y androginidad.
‘Mai Mai’, ‘Vive’ o ‘Casi al Final’ fueron canciones que marcan una notoria línea a la cultura rave, excesos y desenfreno en las fiestas, estilos de diversión nocturna que comenzarían a llegar al país en su totalidad durante los inicios de los 2000, incluso teniendo fiestas oficiales del Love Parade.
Trip Hop y Experimentación
Fey pasó de hacer canciones adolescentes a experimentar con la electrónica más de vanguardia a finales de los noventa e inicios de los dosmiles, su disco ‘Vértigo’ fue creado emulando el Trip Hop y la electrónica más apegada a Everything but the Girl o Moby.
Las atmósferas oscuras le valieron hasta acusaciones de prácticas ocultas, que al final no fueron más que polémicas, este disco aunque tuvo una aceptación buena a secas, no se comparó con los inicios de su carrera, la apuesta por estos sonidos fue arriesgada, pero que décadas después la gente ha revivido en redes como Tik Tok por lo visionario que fue.
Irán Castillo es de las últimas personas en las que pensarías como ejemplo para la experimentación musical, pero su ‘Tiempos Nuevos’ (1997) tiene temas muy, demasiado downtempo, no fue la artista que más legado dejó o que incluso se le recuerde que cantaba, pero vale la pena la mención a esta rareza musical en su debut musical.
El pop mexicano se posicionó como un fenómeno cultural que, lejos de ser solo un reflejo y réplica de las tendencias internacionales, logró adaptarse y re interpretarlas al contexto sociocultural Mexicano, la industria no solo marcó la pauta musical, sino que también dictaron modas, aspiraciones y discursos culturales que se apropiaron una generación que comenzaba a experimentar una globalización más habitual y cercana.
La industria pop en México durante aquellos años no se limitó a imitar fórmulas, también funcionó como un laboratorio cultural que experimentó con la fusión de sonidos europeos, electrónicos y hasta vanguardistas.
Este legado no solo consolidó al pop nacional, esta etapa es fundamental para entender cómo el pop mexicano no solo fue un canal de entretenimiento, sino que también ayudó a dar forma a la identidad cultural contemporánea de las y los adolescentes de los noventa, sentando bases para demasiada música en la actualidad, donde el pop cada vez más se permite la experimentación e búsqueda de la diversificación conceptual.