Omar Apollo en la CDMX: Aires de leyenda
Txt por Ernesto Cruz Yañez (@joernie9607).
Ph por Daniela Méndez (@la.danisela).
Con todo y que es el epicentro de la industria musical en América Latina, la CDMX tiene una extraña manera de abordar a los mejores prospectos en el ascenso al estrellato: Los artistas que empiezan a crecer en el resto del mundo, no siempre es tan bien recibido aquí; y los proyectos que en el resto del mundo no tienen tanta potencia, aquí son tratados como el gran tesoro de Moctezuma.
Para ejemplificar podemos mencionar a Interpol, Sen Senra y Morat. Proyectos en diferentes momentos de sus carreras pero que comparten un recibimiento en México que no tendrían en cualquier otra latitud, ni siquiera en sus países de orígen. Lo cual no pone en entredicho su calidad, cabe mencionar.
En el lado opuesto están los nombres como el de Princesa Alba, Nilufer Yanya y Omar Apollo. Particularmente este último -nominado al Grammy, segunda línea de COACHELLA y protegido de Tyler The Creator, Kali Uchis y Pharrell Williams- resalta aún más dada su condición de mexico-americano, misma bajo la cual otros como Cuco o Snow Tha Product han triunfado.
Onda gravitatoria
Todo este contexto nos lleva a la presentación en vivo de Apollonio en el Auditorio BB de la CDMX, en el cierre de su Desvelado Tour. Las inmediaciones de este venue, caracterizado por su elegancia y su buena acústica, lucían demasiado tranquilas para un evento de esa categoría, lo que auguraba un show obligado a remontar su entrada.
¿La explicación? Quizá un fandom principalmente adolescente, la edad en la que no siempre se tiene dinero para comprar boletos para un concierto y menos en épocas de final de semestre, donde los trabajos finales complican todo y por desgracia, la música pasa a segundo plano.
Independientemente de eso, la producción del espectáculo fue de gran manufactura y el warm up a cargo de Niko Rubio resultó muy ad hoc para la audiencia gracias a su propuesta pop-punk, guiño directo a la tendencia Y2K que tiene dominadas las listas de éxitos globales.
Icónico y sanador
Lo que vino después nadie lo vio venir: Un heredero de los mejores showman de la historia. El manejo del escenario de Axl Rose, los movimientos y la habilidad en la guitarra de Prince y la pulcritud vocal de Michael Jackson. A ese nivel, Omar Apollo.
Un setlist muy equilibrado en el que escuchamos los mejores temas de todas sus producciones para dejar satisfecha a la multitud que, por cierto, ya había crecido considerablemente hasta lograr el 75% del aforo total.
Entre los highlights podemos destacar tres momentos: Cuando Omar tomó un sombrero vaquero lleno de diamantina que le obsequió una fan y que lo motivó a homenajear aquel icónico baile de Kim Basinger en ‘9 ½ Weeks‘, mientras tocaba ‘Killing Me‘.
Después, cuando interpretó sus dos corridos en el que desplegó todo el potencial de su rango como cantante, y finalmente, cuando se despojó del chaleco de mezclilla y ya con el torso desnudo, ejecutó un solo de guitarra que entre los reflectores lo hacía ver cómo una auténtica super estrella.
El espectáculo cerró con el reprise de ‘Tamagotchi‘, en la que todo su staff y sus músicos de acompañamiento aprovecharon para celebrar el fin de la gira y compartirnos el momento catártico donde llovió agua, hubo abrazos de la victoria y vimos a la bandera mexicana ondear con orgullo.
No sabemos si «la heterosexualidad fue curada» como decía el lema particular para esta fecha de la gira; pero queda claro que Omar Apollo es uno de los mejores performers de la actualidad y el público mexicano no puede permitirse el perdérselo como experiencia… No otra vez.