Lluvia y riffs heavies en el House of Vans: Boris y Nothing lo dieron todo y nada
Txt por Mon de León (@monlikesmusic).
Ph por Christian Ferenc (@ferencmx) y Mon de León (@monlikesmusic).
Boris, la legendaria banda japonesa de drone junto con Nothing visitaron el House of Vans de la CDMX el sábado pasado. No hace falta decir que los guitarrazos hicieron retumbar los cimientos de la casa de Mixcoac e hicieron vibrar cada célula de los fans durante el intenso show que arrancó con -lo que algunos llaman shoegaze pero que me hace pensar más en el emo y el dream pop- Nothing. La banda se presentó ante el HoV lleno, con la audiencia empapada por la larga espera de la fila bajo la lluvia, mientras los ánimos altos se dejaron calentar con un set de once canciones que arrancó con ‘Say Less‘ y cerró con ‘B&E‘.
Desde cuarentones hasta chavitxs no binaries
Algo que me llama mucho la atención del poder de convocatoria de las bandas que se presentan en el HoV es la capacidad de poder atraer audiencias que sobrepasan los cuarenta años (la vieja escuela) y por otro lado jalan a las audiencias más jóvenes de todo tipo, queers, no binaries, skates y/o punks. Me gusta pensar que la música nos une a todos y nos hermana en eventos como este donde lo que importa es pasar un buen rato y headbangear.
Borrón y cuenta nueva…
Antes de hablar del show de Boris, es importante mencionar que el material que traen en este tour es el resultado del esfuerzo por sublimar la energía negativa que nos dejaron los pasados dos años. La banda está cumpliendo 30 años de trayectoria y han “reinventado” al género en múltiples ocasiones; clasificar su música como “explosiva”, “intensa” o “ruidosa” es quedarse corto, ya que en este punto de su carrera su influencia sobrepasa los calificativos. Sin embargo este nuevo material es resultado del aprendizaje que nos dejó el aislamiento, sobre esto la banda comenta:
“El mundo ha cambiado en los últimos dos años. El pensamiento de todos es más simple y pragmático. Ahora, es más fácil para todos comprender lo que es importante para cada uno de nosotros.
Lo dejamos para el futuro y lo transmitimos. El alma de la música rock está en constante evolución. Un alma que trasciende las palabras y el significado para llegar a ti: instinto, intuición y colmillos.
Este es el rock pesado de Boris ahora.
A medida que aterrizamos en nuestro 30 aniversario, Boris continúa evolucionando, acelerando lo último y universal.
Boris no lleva a nadie a ninguna parte.
Seguimos mostrando esta actitud.”
Takeshi, Wata y Atsuo…
En el escenario una pared de amplificadores Orange y Ampeg que prometían dejarnos sordos por los siguientes días. El set de Boris arrancó con ‘Anti-Gone‘, la gente ya estaba prendidísima desde el primer riff.
La teatralidad del frontman arremolinaba a los fans al filo del escenario, lo siguiente era ver oleadas de crowd surfers, heandbanging y manos alzadas con devil horns -cuernitos metaleros-, el olor a jerga mojada -esta vez justificable por el baño que nos dimos todos al entrar- y cerveza voladora, el tiempo pasaba veloz mientras llegábamos a la mitad del set.
En un punto la banda invitó al escenario a Samuel Osorio -Sunset Images- algo que aparentemente fue improvisado pero le dio mucha vida al show, escuchamos rolas como Nosferatu, Loveless y -not- Last Song, con Wata en el teclado.
La banda volvió con un encore de 2 canciones: ‘x‘ y ‘farewell‘ con Nothing.
Nosotros, lo vimos y lo escuchamos todo, ellos lo dieron todo y tocaron con nada -mal chiste de la redacción-. Volver a la realidad sonora después de escuchar a Boris hace que todo lo demás sea un poco aburrido hasta nuestro siguiente subidón.