Las Ligas Menores en C3: El grito de la juventud
Ph por Christian Ferenc (@ferencmx).
En un recinto sobre Av. Vallarta en la ciudad de Guadalajara un pequeño pero entusiasta grupo subía las escaleras al rooftop, Las Ligas Menores se preparaban ya para su presentación, la primera después de un tiempo sin venir a GDL.
Previo al acto del opener, la banda Mooring, en el techo del C3 todos conversaban entre sí, el clima ventoso y algo nublado, que amenazaba con perjudicar la noche, se había aplacada y ahora la atmósfera calurosa del lugar acogía al público. Las luces tenues iluminaban las caras de los fanáticos que poco a poco rodeaban el escenario.
Mooring comenzó a tocar sus pocos pero ambiciosos sencillos. Ruidosos y distorsionados sentaron un mood particular para lo que se venía.
Accidente en la nieve
Una corta espera después, se encontraban sobre la plataforma Anabella Cartolano, Micaela García, Nina Carrara, Angie Cases Bocci y Pablo Kemper, el único hombre de la banda, algo inusual para la escena. Los argentinos saludaron a los espectadores y comenzaron a tocar casi de inmediato. El tempo rápido de sus canciones levantó los ánimos de los presentes, que bailaban y alzaban sus vasos al compás.
Los zapatos se pegaban al suelo por la cerveza tirada, pero esto no impedía que la gente brincara tanto que se sacudía el suelo. La temperatura comenzó a subir y a pesar del pequeño tamaño de la multitud había poco espacio entre nosotros.
Ya sea por la intensidad de las guitarras o una simple falla en la electricidad, la luz y la música se esfumaron por unos momentos, pero el ruido persistió. Todos aclamaban a la banda, quienes se reían de la situación y respondían al “ole, ole, ole, ole, ligas, ligas”.
Ni una canción
Al regreso se notó como ese pequeño intervalo solo sirvió para aumentar el entusiasmo del público. Un slam se formó en el centro y los participantes se empujaban con fuerza pero sin nunca borrar la sonrisa de su cara, disfrutando cada momento. Anabella cantaba suavemente y todos respondían con fervor, probablemente viéndose reflejados en las identificables letras.
Antes del final nos prometieron canciones adicionales después del breve encore. Ya con el tiempo encima los presentes se animaron a cantar y bailar con mas intensidad, el grito de la juventud se extendía por todo el foro.
Se percibía entre todos una melancolía particular, el regreso a esos años de nuevas experiencias se asentaba ahí esa noche y todos al terminar la función parecían haber rejuvenecido, aunque sea por solo unos instantes.