El corazón por un momento de gloria: Black Veil Brides en CDMX
Fotos por Santiago Covarrubias / OCESA.
Llega el atardecer y con él dan inicio los rituales de la noche. Una fila interminable (y francamente impactante) le da la vuelta a las inmediaciones del Pepsi Center WTC. Haciéndola de mártires frente a una lluvia que poco a poco va cayendo más intensa, el mar de gente avanza a paso lento hacia las puertas del recinto.
Outfits en toda una gama de negros, maquillajes del más nostálgico dramatismo y unas cuantas cabelleras de un rojo profundo. Se venden y se llevan barato barato los cientos de playeras, sudaderas, pósters y paliacates color carbón para ir acorde al ambiente.
Este sábado 12 de agosto, Ciudad de México se cubrió con un velo oscuro e hipnótico con la llegada de Black Veil Brides, una banda que a través de una mezcla de influencias que van del heavy al gothic metal hasta lo más teatral del glam rock le ha dado batalla a las críticas y descalificaciones de varios años hasta consolidarse como uno de los actos más dinámicos, con un frontman de envidia, e importantísimo de destacar, la fidelidad de su público.
Bajo cielos carmesí…
La lluvia y la continua entrada de gente tuvo como consecuencia un ligero retraso en el inicio del show. Por un par de minutos los chiflidos y los clamores al unísono de ‘¡Black Veil Brides!’ fueron lo único que podía distinguirse en el caos de una sala abarrotada. Finalmente cerca de las 20:30 hrs, Jinxx Ferguson (guitarra y violín), Jake Pitts (guitarra), Christian ‘CC’ Coma (bateria), Lonny Eagleton (bajo) y Andy Biersack (voz) le dijeron hola a un público capitalino que estalló en una ola de emociones incontenible.
Sin acto invitado o telonero los BVB se adueñaron del Pepsi Center y de cada alma dentro de este; en un ir y venir en el tiempo la fanaticada pudo disfrutar de lo más reciente del The Phantom Tomorrow (2021) así como de retazos de un pasado vigente con We Stitch These Wounds (2010), álbum que pusiera los reflectores sobre aquel grupo de muchachos que hoy día llevan a su espaldas una carrera sin dudar exitosa.
Cargando con más de una década de trayectoria caracterizada por letras llenas de teatro, angustias y el ideal de nunca renunciar a quién se es, Black Veil Brides ha sido bandera y estandarte de los outcast, los marginados; algunos que ya han pasado de la pubertad a la adultez y otros que apenas van descubriendo el mensaje, pero que han decidido llevarlo bien arraigado en el espíritu.
‘Rebel Love Song’, ‘Wake Up’ y ‘Scarlet Cross’, canciones que entre los congregados actúan como algo muy cercano a himnos personales, fueron de las más coreadas y disfrutadas de la velada. Biersack alardeó de sus vocales; Ferguson, Pitts y Eagleton lo entregaron todo en guitarrazos estruendosos, y CC deleitó con un solo de batería a mitad de la presentación.
Es meritorio decir que en dos o tres momentos de la noche el show fue detenido por el mismo Biersack al percatarse que varias personas estaban pasando un mal rato a causa de los empujones en cierto sector del público. Tanto el equipo de la agrupación como la seguridad del recinto actuaron de forma rápida para prestar ayuda a los afectadxs. La noche, a pesar de los sustos, fue una fiesta para todxs lxs presentes.
… descienden los ángeles caídos
En gustos se rompen géneros y no es a fuerza gustar de lo que Black Veil Brides ofrece, pero existe algo difícil de negar hasta para aquellxs que no traen colgado el gafete de fan: y es el hecho de que el grupo liderado por Andy Biersack sabe cómo manejar un show. Sin adornos o producción excesiva, los cinco integrantes se hacen de cada centímetro del escenario, lo hacen pesar y lo trabajan y hacen funcionar en conjunto a cada instante.
Por su parte, Biersack es el frontman que muchos quisieran consigo; uno que se entrega, que impone y encanta a quienes tiene enfrente. Uno que se haga ganado el corazón de todo seguidorx, tanto de aquel que apenas se va uniendo al BVB Army, como de aquelx otrx ya con añitos encima y que solía(mos) adoptar el apellido Biersack en el username de Messenger y MySpace.
Cientos de voces continuaron unidas entonando ‘Perfect Weapon’, ‘Knives and Pens’ y ‘Fallen Angels’. Tras un poco menos de hora y media (un setlist algo corto), Biersack, a modo de despedida, tomó el micrófono para decir: ‘Y dense un aplauso a ustedes mismxs por ser el público más malditamente increíble para el que hemos tocado’. De inmediato, las notas de ‘In The End’ comenzaron a hacerse escuchar, marcando el cierre a una noche en la que unxs cuantxs cumplieron el sueño de adolescencia.
Porque habremos crecido, pero las ideas de liberación y rebeldía nunca se abandonan del todo y muchas veces se sigue creyendo que es unx mismx en contra del mundo. Tal como ángeles caídos.