#CoberturaCassini Sonidos y experiencias: Guadalajara y la sincronía gravitacional con el Alunizaje
Texto colaborativo con Salvador Medina.
Fotos por Christian Ferenc.
Apostar por nuevos sonidos, bandas y concepto, en lo que apunta a ser la luz al final del túnel de esta pandemia, es un acto arriesgado, Guadalajara recibió la noticia hace unas semanas de que se tendría un nuevo festival en una escala menor a como estamos acostumbrados. Catharsis, Mexicadelia, ACK, Indica y más proyectos se unieron para poder realizar la primera edición del Alunizaje, festival con un enfoque al garage, noise, psychedelic, post rock, post punk y toda aquella rama que tuviera guitarras ásperas y crudas.
Si bien estos sonidos tienen su arraigo principalmente en la década de los 90 con los grandes nombres como Sonic Youth, Dinosaur Jr., Pixies o The Breeders y en el circuito sin tanto reflector con Swans, Lightning Bolt o Slint, recientemente, para nuestra generación de los años 2000 a la fecha, es música que nunca ha dejado de estar tanto en carteles de festivales, como en el gusto de la gente, específicamente en el público nacional existe una fiel base de fans hacía estos sonidos, cosa que se ve reflejada en las apuestas que el festival hizo para esta edición inaugural, siete bandas entre tapatías y capitalinas, más la principal, The Shivas proveniente de Portland, hicieron posible esta edición inaugural.
¿Arriesgado? Probablemente, pero recordemos que quien no arriesga no gana: REALMS, Ella vs el Tigre, Mengers, Gant, El Shirota, The Polar Dream, Mortemart y los antes mencionados The Shivas, lograron crear una consistente energía en este formato de dos escenarios dentro del C3 Stage, algo que ya se había experimentado, pero que durante Alunizaje se consolidó el concepto: el escenario principal dentro del C3, como todas y todos lo conocemos y el secundario en el C3 Rooftop, el que usualmente se usa para eventos más íntimos o de bandas de nicho.
Nuevas dimensiones sonoras
Gant, proyecto de post punk y darkwave hizo sonar el escenario Catharsis, mientras las personas curiosas subían al segundo nivel del venue e iban entrando para conocer la dinámica de la noche, ya que el escenario inferior hacían labores de soundchek para el set de Ella vs el Tigre.
Experimentar ilusiones y ensoñaciones es posible gracias a la música y eso lo vivimos con Ella Contra El Tigre, uno de los momentos más esperados de la noche cuando vimos sobre el escenario a Velvet Karly y compañía ejecutar el performance que tenían preparado para esta gran noche.
La banda tapatía mostró una vez más porque es una de las propuestas locales más llamativas del momento, quienes después de haber estrenando su álbum debut Camino Rojo (2019) han despertado el interés de la gente.
Ella vs el Tigre se inclina al stoner y dream pop psicodélico gracias a su presentación ayudó a expandir los sentidos del público. Su sonido experimental, elegante y furioso, nos encantó y es por eso que es una recomendación inmediata.
Después de haber escuchando las interesantes dos primeras bandas, se notaba en las y los asistentes una gran vibra de ir descubriendo los proyectos que seguían y que sonidos les iban a presentar, fue el turno de REALMS de subir a la tarima, que con su new wave, como ellos mismos se definen, fue inevitable no recordar la energía en directo al más puro estilo de Editors, que con algunos de sus sencillos y tracks de su disco Cruz (2018) fueron adentrándonos por completo en la esencia del festival.
La bomba que esperaba estallar
Los fans ya sabían lo que se aproximaba, pero las personas que iban gustosas de descubrir música, porque claro que se vale, ese es un rol principal de los festivales, no sabían que la bomba estaba por estallar e iniciaba el conteo con Mortemart, proyecto local y su explosivo industrial, kraut y noise hicieron que los oídos de quienes se acercaron al escenario inferior se derritieran, incluso empleando doble batería para reforzar su set compuesto principalmente por canciones de su EP Overthinking (2018).
Llegaba el momento del poderoso trío de la Ciudad de México formado en 2016 de garage y punk psicodélico de llevar a cabo su presentación en medio de euforia y locura. Recordemos que Mengers a principios de año estrenaron su segundo trabajo discográfico titulado Golly (2021), es por eso que su fiel público tapatío ya los esperaba con muchas ansías y expectativa.
En punto de las 22:40 en el Escenario Catharsis, Mengers liberaba toda la energía que llevaban guardando para Festival Alunizaje, interpretando canciones como ‘i/O‘, ‘Tiempos Suicidas‘, ‘Pantitlán‘, ‘Celebra‘, entre otras, reluciendo así toda su frenética vibra dentro de su música donde cuestionan la propia existencia y al mismo tiempo nos dan consuelo sobre la misma.
En suelo tapatío quedo claro porque Mengers es una de las bandas emergentas más relevantes dentro de un gran ola de música underground que reclama diversos espacios para hacerse presente.
Los actos principales se asomaban en el horario, El Shirota sabía que la mayoría de gente en su escenario estaban familiarizada con su música y recalcando que estaban contentos de visitar por segunda vez la ciudad, después de su show del 2019, arrancaron con estruendos sonoros como plasman en sus biografías en redes, el slam fue inevitable y la potencia musical cimbró el Rooftop.
Un cierre con expectativas
The Shivas, banda de garage, surf y rock n’ roll originaria de Portland, Oregon, cerró la noche de lo que sería el único festival de música en Guadalajara durante el año, la cereza en el pastel respecto a su presentación fue que recientemente el mes de septiembre estrenaron su nuevo álbum Feels So Good // Feels So Bad (2021), así que la banda integrada por Eric Shanafelt, Jared Wait-Molyneux y Kristin Leonard hizo sonar canciones inéditas en las frecuencias sonoras tapatías.
El escenario Mexicadelia recibió a la banda estadounidense formada en el 2006, interpretando diversas canciones que nos han regalado a lo largo de su gran trayectoria como ‘Gloria’, ‘If You See Me’, ‘You Make Me Wanna Die’, ‘It’s All In Your Head’, ‘Please Don’t Go’, ‘Undone’ o ‘Feels So Bad’, deleitando así a los fans del amistoso y romántico surf rock de The Shivas.
Lo emotivo y espcial llegó al final cuando The Shivas, después de su performance, bajaron a convivir con sus seguidores, vendiendo ellos mismo su propia merchandise, intercambiando saludos, sonrisas, palabras, fotos y unos cuantos autógrafos. Cabe destacar que cuando los planes de la gira de su último álbum se modificaron por COVID, The Shivas se vieron involucrados en pasar más tiempo ininterrumpido en su ciudad natal, donde trabajaron con comunidades locales organizaciones sin fines de lucro de Portland en beneficio a los residentes de la ciudad sin vivienda y expandieron aún más su participación en temas de justicia social.
El inicio del legado
Alunizaje fue una gran apuesta por y para Guadalajara, el inclinarse hacía las corrientes musicales descritas en el texto, así como haber iniciado de manera ambiciosa con dos escenarios, generan que la propuesta del festival sea creíble y esperanzadora para futuras ediciones, que aunque en este momento sea difícil bookear bandas internacionales el talento nacional haya sacado la casta y coraje por el evento se reconoce plenamente, claro, a todas y todos nos gustaría ver próximas ediciones con dos o tres nombres principales del extranjero, pero sin olvidar la base y talento Mexicano.
Buena y cumplidora edición inicial, convergencia de sonidos que difícilmente escucharíamos en otro evento, renovación y apuesta musical que estamos seguros hará que se voltee a ver a la ciudad en las próximas ediciones.
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