Molotov en CDMX: Cómo han pasado los años…
Texto por Sofia Manzano (@__sad_morrita__).
Cómo cambiaron las cosas, y aquí estamos lado a lado. El PRI ya no está en el poder, la revolución nunca llegó y ahora escuchamos reggaetón y corridos tumbados. Cómo han pasado los años, qué mundo tan diferente. Y aquí estamos frente a frente, pero ya no son unos adolescentes, claramente. Dios sí perdona, pero el tiempo no.
Y los años se pasan, y sólo nos quedan bonitos recuerdos y hazañas memorables para recordar. Molotov, banda mexicana de rock alterna-chilo y bastante recalcitrante e irreverente para sus tiempos, nos convocó en el Foro Sol el pasado viernes 12 de mayo para hacernos conscientes de cuánto hemos envejecido.
Nos da mucho miedo volvernos viejos porque eso significa que dejamos de estar en onda, y nos convertimos en todo lo que solíamos criticar. Cada que cumplo años, y acumuló otros doce meses de vida, no sólo reparó en la experiencia y conocimientos que adquirí, también me doy cuenta que cada día me parezco más a mi madre. Y pues, tampoco está tan pinche. Le soy fiel a la consigna: ‘en contra de toda autoridad, menos la de mi mamá’. Y estar en pie de lucha y en contra del orden establecido es cansado, pero es algo muy admirable y necesario. Por eso, decidí asistir a su concierto, por morbo y para poder decir que yo estuve ahí.
La banda mas poderosa de Mexico
Siendo honesta, hay mucho que agradecerle a Molotov — a Tito, Micky, Paco y Randy — y no quiero reducir todo su aporte a sólo reconocer su sátira a la política mexicana y denunciar las problemáticas sociales del país en sus canciones. Su impacto fue tal, que se volvieron un detonante para que cambiarán las circunstancias para las bandas venideras, y la industria musical.
No voy a mentir, la sinceridad ante todo: el recinto no se llenó en su totalidad. Y no tiene nada que ver con la agrupación, sólo es un síntoma de la problemática que nos aqueja últimamente: la economía actual no nos permite acceder a los eventos culturales. Sin embargo, la afluencia fue la que tenía que ser para llevarse a cabo el concierto.
Previamente, para calentar el ambiente antes de iniciar el show estelar de Nalgas, Tino el Pingüino y Amandititita, fueron los artistas invitados, —antes llamados teloneros— que se encargaron de hacer lo propio. Y con altas expectativas de lo que sería esa noche, Molotov salió a escena para cantar: ‘El Carnal de las estrellas‘, ‘Amateur (Rock me Amadeus)‘, ‘Chinga tu Madre‘ y ‘Parásito‘. Demostrando que el setlist se había configurado y pensado para todxs los fanáticxs que estuvieron acompañándolos desde el inicio de su carrera.
Canciones emblemáticas del Apocalypshit (1999), Dance and Dense Denso (2003), Eternamiente (2007) no podían faltar. Demostrando la habilidad y destreza musical de los integrantes de la banda. Que Randy Ebright tocará la batería al igual que la guitarra y cantará me recordó a las presentaciones de Metallica y Anthrax donde los miembros de la banda cambiaban de instrumentos y posiciones dentro de la alineación. Cuando el metal sí era metal –ah, pura cura–.
Quiten el trap
Durante más de hora y media la banda se entregó, aunque a ratos parecía que era más su coto que un concierto de cierre de gira. Y da igual, siempre está chilo ver cuándo una banda disfruta al tocar y compartir su música. Ahora bien, le agradezco a Molotov por plantarse en contra de su disquera y por enunciar lo que es la realidad de todos los días en sus canciones como ‘Voto Latino‘, ‘No Olvidamos‘, ‘Hit Me‘, ‘Frijolero‘ y ‘Gimme the Power‘.
No obstante, qué sarra que le tiren a los géneros que ahora están encabezando los charts musicales —eso es muy de señores rancios y fachos— aunque no sé qué tanto es estrategia para generar clickbait o sí neta lo creen. Dios bendiga al reggaetón y a Molotov, la neta.
Me parece que nos tenemos que hacer a la idea de que los géneros musicales, las escenas, las bandas y las audiencias envejecen. Y aferrarnos a lo que ya fue nos quita la posibilidad de pensar en posibles futuros. Entre los asistentes había infancias, y eso es una señal de que sigue habiendo un interés genuino, y que pueden acercarse a un género musical con tanto legado sonoro como el rock, pero si seguimos reforzando esa innecesaria disputa entre la música que es contestataria y que denuncia luchas sociales, y las canciones que no dicen más de lo imprescindible, vamos a seguir pensando que si quieres ser rockero, tienes que odiar todo lo que no es rock. Y se van a terminar alejando a las generaciones venideras.
Más allá de sí los tópicos en sus letras son cancelables o si merecen la funa; tenemos que ser críticos y no juzgar desde un presentismo histórico de lo que ocurrió décadas atrás. Ha sido un proceso, y todo se interconecta: ¿Dónde jugarán las niñas? (1997) abrió la brecha para que pudiéramos escuchar palabras altisonantes en los medios masivos de comunicación sin tanta censura, y dejar de sentir tan fuerte el rigor de lo políticamente in/correcto. ‘Rastaman-dita’ sonó y removió a la sociedad más conservadora, para que la juventud de México y LATAM pudiera escuchar reggaetón, trap y corridos tumbados sin tantos, tantos pedos.
Yo por eso me quejo y me quejo…
Y el rock sigue ahí, sólo tendríamos que dejar de clavarnos con los tiempos pasados porque no siempre fueron los mejores. Si soltamos, un tantito, la retrofilia y el pre-juicio nos podemos dar la chanza de escuchar más de lo que ya conocemos. En el último gran bloque del show se unieron a la banda músicos cómo Rubén Albarrán, Zeta Bosio, Paco Huidobro y Pato Machete. También sonó ‘Demolición‘ de los Saicos al igual que algunas versiones resignificadas, aumentadas y (des)mejoradas incluidas en el Con todo Respeto (2004). Una de las aportaciones de Molotov fue su propuesta intencionada y un tanto encaminada a la Plunderfonía de John Oswald, ya que se encargaron de dinamitar las nociones primordiales del paradigma artístico-músical: la originalidad, la autoría y la individualidad.
Casi tres horas de concierto nos bastaron para sentirnos más jóvenes de lo que somos. Y en tanto, se siente reconfortante ‘recordar que recordar significa volver a pasar por el corazón’. La importancia de la banda en el panorama musical y en la historia del rock no se cuestiona ni un tantito. Sólo hay que reparar que los contextos siempre terminan por cambiar, y las interpretaciones se pueden subvertir y que no todo es inamovible. ‘Más vale Cholo‘, ‘Cerdo‘ y ‘Me comprendes Méndes?‘, ‘Puto’ y ‘Rastaman – dita’ fueron las rolas que le dieron un buen cierre al concierto.
Todxs esperaban y corearon ‘Puto‘ como si se tratase del mayor éxito musical de la banda. No obstante, la intención de la banda era transmitir algo completamente distinto a lo que los escuchas entendieron en el momento en que salió el disco; que no sea de extrañeza que está canción ya no nos haga nada de sentido. Y como dice la canción: cómo han pasado los años, qué mundo tan diferente. Todo va a seguir transformándose conforme nos hagamos viejitos y ¡qué chilo que nos suceda eso!