Trópico x Acapulco 2023: después del huracán llegó la calma
Fotos por Luis Avilés (@luissaviless).
A dos meses del huracán Otis en Acapulco, el festival sufrió un cambio de sede al Parque Bicentenario de la Ciudad de México. No solo evitaron la cancelación, los organizadores ante la adversidad decidieron donar el 100% de las ganancias a la reconstrucción del hogar del Festival Trópico.
El décimo aniversario del festival tristemente no pudo celebrarse en su ciudad natal, sin embargo eso no fue impedimento para disfrutar al máximo. Ante un clima distinto, los trajes de baño y el bloqueador solar se cambiaron por impermeables y sudaderas para la lluvia de la CDMX.
‘Mosh & Mambo’, el acto sorpresa que preparó la Plastilina Mosh
Algo propio del festival de la costa es su acto sorpresa. En 2015, Los Ángeles Azules prendieron el ambiente tropical y en 2018, el “rebelde del acordeón” Celso Piña hizo bailar a todos con su cumbia.
Continuando la tradición, la icónica banda mexicana Plastilina Mosh presentó su proyecto Mosh & Mambo. Surgida a partir de la inquietud de Jonás y Alejandro Rosso por combinar sus éxitos con ritmos distintos y al no sentirse atraídos por el regional mexicano ni una versión acústica, eligieron experimentar con el mambo.
Acompañados de una orquesta y dos coristas, el dueto regiomontano realizó arreglos a sus canciones más icónicas. Para demostrarlo abrieron con «Human Disco Ball» mientras Alejandro Rosso lanzaba enormes pelotas de playa al público que nos hizo sentirnos más cerca de Acapulco.
A esta noche especial faltaban invitados, para ello Ximena Sariñana subió a interpretar «Pervert Pop Song» y Zemmoa hizo lo mismo durante «Nalguita«. Los elegidos para cerrar una colorida y festiva presentación fueron los clásicos «Mr. P. Mosh» y «Millionaire«, este último el favorito de Jonás en su versión mambo.
Café Tacvba, fiesta garantizada y siempre al rescate de los más desprotegidos
No importa cuántos años tengas, cuántas veces hayas visto en vivo a Café Tacvba o incluso si es tu primera vez, cada una de ellas suele ser mágica. Es la banda más representativa de México y es un hecho que aunque no los escuches seguido, siempre tendrán una canción que te provoqué cantar, brincar y sentirte parte de una familia.
“Mandemos un buen pensamiento, una buena energía a nuestros hermanos de Guerrero. ¡Qué chido que acudieron al llamado!, llegó el Café Tacvba para meterle al taconazo como se debe”, se presentó el legendario vocalista Rubén Albarrán antes de interpretar «Seguir Siendo«.
Al igual que su álbum de 1996 «Avalancha de Éxitos», su presentación fue un torbellinos de clásicos que desprendían sin parar, «Cómo te extraño mi amor«, «Volver a Comenzar«, «Las Flores» o la «Chilanga Banda» hicieron de esta velada algo especial.
Con el peculiar estilo de los originarios de Satélite, Rubén recordó a los afectados por el huracán Otis y la atmósfera se tornó calidez mientras las parejas entre la multitud se dedicaban «Eres» en un momento lleno de romanticismo.
Otro momento mágico se vivió durante «La Chica Banda» cuando invitaron al escenario a un grupo de mujeres para acompañarlos a cantar y confirmar que esto se había convertido en una fiesta y para terminarla con broche de oro, la elegida debía ser «El Baile y el Salón«.
Hercules & Love Affair y Poolside encendieron la pista
Si bien el cartel invitaba a sentir el calor de la playa, este par de actos realmente hizo extrañar Acapulco con sus DJ Sets en el escenario más pequeño del festival.
Poolside hizo gala de su sonido con un set bastante fresco que por un momento nos hicieron sentir que la temperatura aumentó. Por su parte, H&LA logró hacernos olvidar del frío con una selección musical que incluyó, entre otros, «Gimme! Gimme! Gimme!» de los legendarios ABBA y una versión (más) bailable de su icónica «Blind«, coreada por todos como si estuviera la banda completa.
Dombrance, una mágica y deslumbrante revelación
Rumbo al escenario principal la gente murmuraba desconocer a Dombrance. Algunos prefirieron comer algo o acudir al baño, mientras otros decidieron descubrir lo que se avecinaba y esta última fue la elección más acertada.
El productor francés Bertrand Lacombe deslumbró con elegancia vestido de traje y corbata, solitario en el escenario con sus sintetizadores y un impresionante show audiovisual. Fue una sorpresa su techno vanguardista bien ejecutado, acompañado de imágenes coloridas del expresidente Obama y el político francés Poutou.
Underworld, la demostración máxima de euforia y pasión
Simplemente uno de los mejores conciertos del año. Los veteranos Karl Hyde y Rick Smith, de 66 y 64 años respectivamente, demostraron su experiencia al dar cátedra de cómo crear una fiesta, hacer vibrar al público con la magia que desprende su música.
Desde la aparición del duo británico en el escenario, los primeros instantes de «Two Months Off» desataron la euforia y provocaron agitar las manos al ritmo de los sintetizadores de Rick. Ya era imposible disminuir los decibeles, la lluvia de éxitos inició y en cada tema la gente se entregaba a Karl en cada suspiro, paso de baile, grito y gotas de sudor, hasta que por un momento el frío desapareció entre la multitud.
Los delirantes juegos de luces brillaron y nos deleitaron a través del viaje que recorrió gran parte de su discografía. Desde sus temas más clásicos «Jumbo» o «King of Snake«, pasando por su precioso «Always Loved a Film«, el perfecto combo que nos regalaron con «Rez / Cowgirl«, hasta tracks más recientes como «denver luna (acapella)» o «S T A R«.
El cierre no podía ser de otra forma que con «Born Slippy .NUXX«, una interpretación brutalmente emotiva donde muchos se abrazaron entre sí e incluso soltaron las lágrimas al disfrutar por primera vez de los ingleses.
Underworld volvió a México para recargarnos de energía y dejarnos bien claro lo afortunados que somos de estar vivos, disfrutar la música y estar en compañía de nuestros seres amados.
Bailar hasta el amanecer con Rebolledo y Zombie Affair
La noche continuó pese al frío de la madrugada para quienes seguían con ganas de fiesta después del espectacular show de Underworld. Aún con algunos problemas de audio en su set, el productor mexicano Rebolledo (mitad de los Pachanga Boys) mantuvo el ritmo.
No pudimos disfrutar el amanecer acompañados de la música, pero Zombie Affair (integrado por Mystery Affair y Zombies in Miami) logró zarandear con éxito las piernas cansadas de quienes permanecieron estoicos hasta las 5:30 de la mañana.
Tras 15 horas de música ininterrumpida, llegó a su fin el décimo aniversario del Festival Trópico con una versión sui géneris en la CDMX. Definitivamente extrañamos la fiesta, el calor de la arena, el atardecer en la playa y el ambiente nocturno en la costa. Sin embargo, esta edición sirvió como recordatorio de continuar apoyando la reconstrucción de Acapulco y así, volver el próximo año al Trópico que amamos.