Sin cantar ni afinar: La Sobremesa de C. Tangana en Guadalajara
Texto por Daniel Solis (@forcis_07).
Fotos por Edson Wong (@vvong_)
Sin duda alguna, uno de los shows que tanto hacía falta ver por acá era uno de C. Tangana, quien no había pisado GDL con su nuevo disco, El Madrileño (2021), y creo, que esto fue lo que ayudó a que esta sea una noche única.
El camino era emocionante; venir oyendo ese mismo disco con mi hermano rumbo a la VFG, subiendo el retorno peatonal con el corazón acelerado, ver a toda la gente con sus playeras plagadas de referencias a Tangana, me incluyo, muchos preguntaban por mi playera. Todo esto hacía un ambiente ameno.
A todos nos unía el rapero, increíble las sensaciones previas, parecía como si estuviéramos ante el mejor show del año, que eso lo calificaré más tarde.
El ingreso fue muy rápido a pesar de que la Arena se venía llenando. Encontrar mi lugar no fue nada difícil, en la zona morada a un costado izquierdo del escenario, la vista era inmejorable. Me atrevo a decir que mejor que en general. Las ansias me comían.
Escalinata
Dadas las 21:35 unas trompetas hicieron presencia. El telón bajaba, y la pantalla gigante que ha acompañado esta gira enfocaba al hombre del año otra vez, al que seguía rapeando, y sí. El show iniciaría con ‘Still Rapping‘, reviviendo aquellas etapas de crema, una exposición total de la carrera de Tangana.
La fiesta siguió y ‘CAMBIA!‘ daría una sorpresa total, era Carín León quien le hacía compañía a pucho para interpretar el corrido donde colaboran, un momento donde solo pude escuchar los gritos de la gente, ni siquiera escuchaba la voz de los artistas.
Esta obra estaba dividida por actos, y se notaba demasiado a través de una puesta en escena brutal. Ya adentrándonos en el espectáculo, ‘Comerte Entera‘ sería ese hit que nadie esperaba que lo fuera, prendió a la gente de una manera que no lo pensaba, para después llorar a corazón partido con ‘Párteme la Cara‘.
Sonando al fondo, muchos estaban enviando notas de voz, otros llorando a lágrima tendida, lo que sea que estuvieran haciendo, fue el momento más emotivo de la noche. Y Tangana, al ver esto, nos recordó que todo lo que hemos trabajado sirve y tiene sus frutos; que miremos al horizonte, porque todo lo que vemos es nuestro. Este catártico recuerdo fue la introducción perfecta a ‘Yelo‘.
Era un viaje en escena teatral por la vida que ha tenido el rapero, donde las mujeres y el exceso vienen de la mano, y sí, como era de esperarse, ‘Demasiadas Mujeres‘ hizo retumbar toda la arena, todos cantando la canción completa, hubo un momento donde Tangana paró de cantar, y con una sonrisa de satisfacción, vio cumplido su sueño, miles coreando su sentir.
Pero claro, no sólo era ver a C. Tangana: Veníamos a ver una sobremesa, y la que entregó el español fue increíble. Vimos un gran repertorio de su Tiny Desk, interpretando en bucle ‘Me Maten‘ y ‘Los Tontos‘. Pero para regresar a sus orígenes, encima de la mesa, ‘Tranquílsimo‘ fluyó sobre toda la pista, aunque la gente no sentía tanta conexión con este track, yo genuinamente agradecí poder ver un poco de Crema en Tangana.
Fue el mismo artista quien agradeció a la gente que lo seguía desde su etapa como crema por estar aquí, y es realmente cautivador ver cómo hace cuatro años llenó un foro de 500 personas, y ahora, en su regreso al país aseguró un lleno total por cada lugar que estuvo, y en cada lugar eran mínimo diez mil personas. Todo este éxito en palabras de el mismo se debe a nunca dejar de crear, se tomó un tiempo para hablar de lo mediático que puede ser el tener los ojos del mundo encima suyo, y que siempre irá por más.
Bohemio y encantador
Me sorprendía de verdad ver un show de esta magnitud, y ver que fuera este tipo de espectáculo uno que llamara al público joven, muchos acompañados por familiares más grandes, mismos que los veía en un inicio con cara de incomodidad, de no querer estar ahí, o ir por compromiso, hasta que la sobremesa iba escalando, y con ella, las emociones de los adultos.
Observé a mi lado un grupo de cuatro jóvenes con su papá, quien al inicio hasta se reía de «quién era ese wey”, pero que ya a medio show lo vi bailando y uniéndose a la fiesta. Esto te habla del impacto cultural actual de Tangana.
El setlist iba escalando, y sí, ‘Llorando en la Limo‘ marcó para mí el parteaguas de todo. Ver a C. Tangana regresar a Crema por algunos instantes me hizo llorar, recordar esa etapa donde su nombre no figuraba en las letras grandes de festivales. Verlo fluir en una pista de trap vestido de una manera tan elegante hacía darme cuenta del personaje que estaba viendo, Pucho siempre será Crema, y eso nunca se irá.
Es el mejor show que mis ojos han visto, y no es para menos. En un resumen general del concierto, ver este tipo de espectáculo me hizo reflexionar la clase de shows que he visto, y darme cuenta que nunca había tenido una experiencia similar.
Lo sentí como si estuviera viendo una serie, porque ni siquiera vimos a C. Tangana, ni siquiera los posters de los conciertos decían eso, era Antón como El Madrileño, y cada canción era el soundtrack de una historia de amor, desamor, ego, impotencia, alegría y unión. Una fiesta de inicio a fin de la cual todos fuimos testigos.
Y un gesto que no he visto mucho es de dar créditos a quienes hicieron todo esto posible: Al final, en la pantalla gigante veía los nombres tanto de iluminación, cámaras, vestuarios, audio, guiones, todos eran parte de la sobremesa, una que llegó para conquistar GDL, quien se quedó con ganas de seguir aplaudiendo.
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