Candelabrum 2023, la llama del infierno continua
Texto por Christopher Ramírez (@chris.an).
Fotos por Alix Martínez (@ojo.foto).
Este fin de semana pasado en la ciudad de León, Guanajuato, se vivió la segunda edición de lo que pinta para ser uno de los festivales de nicho más relevantes para la escena de metal en México: El Candelabrum Metal Fest. Una edición que si bien, tuvo algunas complicaciones y fallas, logró mantener a grandes rasgos la calidad por la que se ha ganado el corazón del público que los ha acompañado a lo largo de estos dos años.
Llamaradas que nos encantan
A nivel cartel el festival de este año confirma algunas sospechas: Los organizadores se están enfocando en un nicho bastante olvidado por muchos otros festivales. Esa podría ser una de las razones por la cual muchas personas se están identificando tanto con este evento y es que le están dando bastante importancia a géneros algo olvidados por los promotores y otros eventos como lo es el doom metal.
Candelabrum le da la oportunidad a proyectos de la escena under del black metal, alejándose algo de las clásicas bandas que suelen traer a cada año en otros festivales, haciendo esto un evento muy atractivo para los amantes de esos sonidos oscuros.
Son pocas las veces que puedes tener a bandas como Draconian, Sacramentum, Mörk Gryning, In the Woods, Officium Triste y Hulder en un mismo lugar, pero además lo complementan con una buena dosis de thrash, death y heavy metal de bandas igualmente alejadas de la oferta común, trayendo proyectos como Autopsy, Heathen, Satan, Immolation, Deceased y Vio-lence.
Quizás los nombres más famosos y mainstream de las dos noches fueron las bandas de Dark Tranquility, The Halo Effect y Paradise Lost, esto hace que tenga un atractivo para muchas personas ya que son bandas que pocas veces podrás volver a ver con un show en vivo en el país.
En cuestión de horarios se notaba que sí era prioridad de los organizadores hacer que las bandas salieran a tiempo y en su hora establecida, a veces esto ocasionando que cortaran los sets de un par de bandas, pero la puntualidad es algo que se agradece en estos eventos masivos.
Además de eso, la locación del lugar es un gran plus para los gastos, ya que León, al ser una ciudad bastante pequeña a comparación de otras donde se celebran eventos de metal como lo es CDMX y Monterrey, hace que los precios de los hoteles o airbnb’s sean bastante accesibles para el público.
Los organizadores del festival han tenido un acierto bastante grande al tener convenios con hoteles para poder ofrecer descuentos a los asistentes, otro factor que ayuda a la cartera es que la comida y el transporte es bastante económico, gracias a que las distancias son más cortas que en otras ciudades.
Otro punto es que el venue en el que se realiza el festival cuenta con techo y es de un tamaño pequeño, haciendo esto que el sol no te pegue en ningún momento y no tengas que caminar a ningún escenario ya que al solo ser uno puedes disfrutar de todas las bandas estés donde estés, haciendo esto que en todo momento puedas disfrutar de todas las bandas que ahí están tocando.
El área de merch este año tuvo más organización y hubo más variedad, desde vinilos, playeras, cassettes, parches, ropa y un sin fin de accesorios de todo tipo y con diferentes precios y marcas locales.
Por último, el factor de la localidad del venue se agradece bastante, ya que a diferencia de otros festivales del mismo género que se encuentran en plena carretera o en las periferias de la ciudad, aquí estamos hablando que es en una zona bastante céntrica, haciendo esto que en todo momento tengas acceso a varios servicios en caso de ser necesario o bien algo tan básico como señal de teléfono e internet.
Algunos puntos a mejorar
No todo puede ser miel sobre hojuelas, y es que a pesar de que se notaron los esfuerzos para mejorar el festival en este año, el sonido en ambos días dejó mucho que desear.
Desde bandas que tenían que pausar su set después de una canción para que se mejorara el sonido o hasta otras que durante todo su show simplemente no sonaban bien. Esto es algo que el festival definitivamente tiene que mejorar porque definitivamente no importa que tan puntual seas con tus bandas, si no puedes tener un sonido decente nada de eso importa.
El área VIP sigue siendo una zona gris en el festival. Si bien, ves a bastante gente en esa zona y se agradece que sea un spot donde hay mesas y lugar para sentarte y disfrutar cómodamente el festival, fuera de eso no hay mucho beneficio en el lugar.
El costo/beneficio sigue sin verse tan reflejado, ya que las filas para comprar alcohol siguen siendo considerables y sólo había uno o dos puestos de comida diferentes de la zona general, además de que había ciertos meseros que te cobraban por servicio “extra”, algo que dudo estuviera permitido por el festival.
La ausencia del servicio de cashless también es un gran contra, ya que definitivamente hace que las compras sean más lentas. Las filas en el área de comida y de bebida casi siempre eran por razones de cambio o por algún problema en la terminal de cobro, además de que la recarga con cashless es más sencilla por si se te llega a acabar el dinero.
La falta de oferta de comida y alcohol también es algo que deberían de mejorar. Aparte, los precios de comida no eran los más baratos – aunque tampoco los más caros, y la calidad de la mayoría de los puestos era buena -, al solo contar con seis o siete puestos de comida hacía que a veces hubiera grandes filas o que en cierto horario ya no hubiera nada, además de que la cerveza y las bebidas en general pocas veces estaba lo suficientemente fría y el tiempo de atención era muy largo.
Un encuentro de distintos géneros
Creo que se pueden decir cosas más buenas que malas de Candelabrum 2023, aunque siendo esta su segunda edición definitivamente están haciendo las cosas bien, pero el diablo está en los detalles.
Esperemos que los organizadores sigan escuchando el feedback de la gente ya que por todas las redes sociales del evento se puede ver el gran amor que le dan al festival. Pero también tienen que hacer caso a los comentarios negativos, ya que, si bien están haciendo un buen evento, aún hay mucho que se puede mejorar para que año con año más gente pueda disfrutar de la experiencia del festival.
Algo que hay que destacar es que hubo un par de cancelaciones de bandas por hechos completamente ajenos al festival y se agradece que en todo momento la gente encargada de llevar las redes del fest fuera clara sobre esto y que tratan de solucionar las situaciones lo más rápido posible, algo que pocas veces se ve en eventos de este tipo, esto habla muy bien del compromiso que tienen los organizadores con la gente.
En definitiva, Candelabrum que se disfruta de principio a fin aún con sus altibajos y que esperamos que la calidad tanto del festival como de las bandas siga subiendo y se mantenga así, porque eventos de metal hay muchos, pero eventos de este tipo y con un enfoque en estos géneros hay muy pocos y es algo que se agradece tener.