Después de más de un año repleto de pistas enigmáticas, fragmentos misteriosos en redes sociales y un sinfín de teorías por parte de sus seguidores, Lana Del Rey finalmente ha estrenado ‘Henry, come on‘, el primer sencillo de su próximo álbum, The Right Person Will Stay (2025), que llegará el 21 de mayo.
La espera ha valido la pena: la canción combina su característico romanticismo melancólico con un enfoque renovado que abraza un country poético y minimalista.
‘Henry, come on‘ marca un cambio sutil pero significativo en el camino artístico de Lana. Desde los inicios con Born to Die (2012) hasta el folk cinematográfico de Norman Fucking Rockwell! (2019), ha construido un universo lírico inconfundible. Ahora, se aventura en un territorio nuevo aunque familiar: el country alternativo, impregnado de su sello personal.
El enigma de ‘Henry, come on‘
¿Quién es Henry? La respuesta no es evidente, y ahí radica parte de su magia. Más que referirse a un hombre específico, Lana parece aludir a una idea, una figura simbólica, o incluso a todos los ‘Henrys’ que han pasado por su vida.
La letra fluctúa entre la vulnerabilidad y la aceptación: ‘¿Crees que realmente lo apostaría todo por ti / Si no hiciste nada mal?’, reflexiona al principio, como si tratara de convencerse a sí misma.
Más allá de la música, ‘Henry, come on‘ simboliza una transformación en la narrativa de Lana. Ya no es la mujer que implora por amor o se pierde en relaciones destructivas.
Ahora enfrenta el dolor, lo plasma con poesía y lo deja atrás con serenidad. Este giro coincide con su nueva etapa personal: Lana ha encontrado estabilidad junto a su esposo, Jeremy Dufrene, un guía turístico de cocodrilos en Luisiana, alejado del bullicio de los focos. Quizá lo que Lana siempre buscó era algo más sencillo y real.
En esencia, esta canción no es un lamento desgarrador, sino una caminata serena hacia la autosuficiencia emocional.
