Codeine en Guadalajara: intensa calma y un furioso silencio
Fotos por Alejandra Álvarez (@medphoto_).
Guadalajara siempre ha sido una ciudad abierta a nuevas propuestas, quizá no a nivel masivo, pero en el bajo circuito recibe proyectos que no están en el radar. Afasia es una productora que entendió esto y en los últimos meses nos ha estado ofreciendo conciertos de sonidos más de nicho como ambient, drone y hasta experimental. Ahora fueron los culpables de traer el debut de Codeine, los abanderados del llamado slowcore.
Además del acto principal, las bandas invitadas conectaron demasiado bien con quienes esperaban a los neoyorquinos, de inicio Grave/Mal puso en lo más alto su distorsión y es que su gama de sonidos es tan característica, que cada ocasión que hemos podido verlas en vivo, su ejecución va mejorando, incluso ya te habíamos hablado de este proyecto:
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El segundo proyecto encargado de calentar motores, fueron No Somos Marineros, el cuarteto de Ciudad de México además de inyectar de energía al lugar, también reunieron una decente cantidad de fans que los esperaba y gozaron su casi una hora de show, nada mal para ser acto telonero, esto habla de la relevancia que está tomando la banda en la escena nacional.
Ya con un Foro Independencia con más afluencia de personas y donde pudimos ver un desfile de playeras de bandas afines como Galaxie 500 o Sonic Youth, era notorio que quienes asistieron realmente son frecuentes escuchas de toda esa camada de música noventera slow, lo-fi, shoegaze y etérea.
Estrellas frígidas sobre Guadalajara
Puntualmente Codeine subía al escenario, desde los primeros acordes dejaban en claro que su sonido sería impecable: potente, crudo y denso, justamente con eso se le caracterizó al slowcore. Si recurrimos a la teoría, este fue una ramificación del alternativo noventero, donde el tempo de las canciones es lento, con atmósferas densas y de letras minimalistas, pero con una fuerte carga de emociones entre cada línea y silencio.
El historial de la banda es hasta cierto punto fácil, dos discos de los cuales van intercalando temas en estos últimos shows, iniciando con ‘D‘ y ‘Cigarette Machine’ de su debut Frigid Stars (1990), continuando con ‘Washed Up‘, ‘Tom‘ y ‘Loss Leader‘ de su otro álbum The White Birch (1994), entre algunos temas Stephen nos contaba breves semblanzas u origen de cada canción.
Se le percibía una notoria alegría al recordar y hacer constante mención de que los temas ya tienen más de veinte años de existencia, pero les guarda un particular gusto el volver a interpretarlos décadas después, no contó que fueron compuestos cuando estaban en la preparatoria y con una completa serenidad, daba la introducción para iniciar la distorsión.
Algunos más le han nombrado sadcore a la música de Codeine, porque precisamente, sus atmósferas de melancolía y esa constante explosión de sentimientos, tanto en la voz, como en los intensos acordes te rememoran a estados de euforia, pero a su vez de relajación.
Entre más temas como ‘Jr‘, ‘Pea‘ e incluso un cover a Joy Division con ‘Atmosphere‘, el fin del show se acercaba, con frecuentes agradecimientos tanto de Stephen como de Chris, más los sutiles gestos de John, se dirigían a los asistentes y promotora por haberlos traído a su primera visita al país, así como mencionar que la ciudad les pareció hermosa, ya que en redes los organizadores compartían fotos de que les dieron un paseo.
Ya en el encore, ‘Cave-In‘ no pudo sonar más impresionante, ejecución perfecta, se notaba en el rostro de cada integrante, esta canción tiene pausas en seco, las cuales sonaron incluso mejor que en el disco, sencillamente la mejor manera para finalizar el show.
Codeine es un caso interesante en la industria, a pesar de su corta discografía y prolongados descansos de shows en directo, su persistencia musical y artística, nos recuerdan que la calma es importante, esa que te invita a sentir cada pausa, cada nota y cada silencio, la belleza de la quietud en todo su esplendor.