Una velada mística audiovisual: UNKLE en el Frontón de la CDMX

Texto por César Sánchez (@yezjules).
Fotos por Mon de León (@monlikesmusic).

Con la extensa oferta musical actual, son pocas las bandas veteranas pertenecientes al género alternativo con una base tan fiel de seguidores en México. Y con orgullo UNKLE es una de ellas, según Spotify nuestro país está solamente detrás del Reino Unido como el lugar donde más suenan.

Unas horas antes, los asistentes en su mayoría entre sus 30 y 40 años ya deambulaban por los alrededores del Frontón. Era relativamente sencillo distinguirlos: jeans oscuros, chamarras de mezclilla desgastadas con playeras y tenis negros.

Previo al acto principal, el músico y productor australiano Driftwood. con look clásico de Sickboy escocés noventero portando una tank top gris y lente oscuro amenizó la noche con un techno agresivo. Y si bien su presentación rozó con lo extraño al ser poco conocido, su enérgica presentación sobre el escenario logró la ovación del público.

Como clásicos ingleses, a las 9 pm comenzó la travesía sonora que Lavelle tenía preparada para esta velada. La selección musical elegida buscó recorrer toda la discografía de UNKLE a través de diferentes épocas, desde el majestuoso Psyence Fiction (1998) hasta el más reciente Rónin II (2022).

Spoiler: lo logró.

Ignorando los constantes cambios de UNKLE en su historia, es imposible ignorarlos como uno de los actos más importantes de la música en los últimos años. Desde su concepción, el proyecto encabezado por James Lavelle estuvo adelantado a su época y no por nada presume su etiqueta de banda de culto debido a su misterio alrededor.

Bastaron unos segundos del show para percibir una atmósfera especial, y es que subieron al escenario con un pequeño intro que recopilaba algunos de sus grandes éxitos, como entremés de lo que se aproximaba. Y así, dio comienzo con ‘Ar.Mour‘. 

Los clásicos no faltaron y rápidamente Lavelle soltó la artillería pesada con un combo espectacular que provocó la euforia de los asistentes. Arrancó con un remix de ‘Rabbit in your Headlights‘ y posteriormente le siguió ‘U.N.K.L.E. Main Title Theme‘ –ambos del aclamado álbum debut Psyence Fiction (1998)–. Después lograron retumbaron el lugar con la ansiada ‘Burn my Shadow‘ del infravalorado War Stories (2007) y al final, volvió la calma con ‘Reign’ del Never, Never, Land (2003).

Conforme la noche avanzaba, el dueto transmitía un ambiente que intentaba replicar la experiencia de los clubes londinenses a finales de los noventas mediante sonidos electrónicos y eclécticos, los cuales el propio James Lavelle afirmó haber buscado impregnar en su último proyecto audiovisual.

James Lavelle, UNKLE.

Producción sencilla, pero con el sello de UNKLE

Una vez más, UNKLE deslumbró con sus visuales característicos y ahora con su actual producción esta se vio repleta de samurais, letras japonesas y paisajes naturales, además del icónico personaje creado por la leyenda del arte callejero Futura 2000 para la portada del álbum Psyence Fiction.

Entre los visuales también se apreció en las pantallas partes de la cinta Roma dirigida por el mexicano Alfonso Cuarón durante ‘On My Knees‘, y es que no olvidemos que la colaboración de UNKLE con Michael Kiwanuka formó parte del soundtrack inspirado en la película.

Con hora y media sobre el escenario y los pies destrozados de quienes estábamos ahí, la fiesta británica parecía no concluiría e incluso se rumoreaba su extensión hasta la medianoche, y es que el techno experimental que sonaba por instantes provocaban una constante locura entre los asistentes.

Tras una ligera pausa regresaron al escenario saludando al público a la par que iniciaban los primeros acordes de ‘Lonely Soul‘, un clásico imposible de quedar fuera de la celebración.

La gente sentía cerca el final y al concluir el tema interpretado por Richard Ashcroft que el público coreó al máximo, Lavelle alzó su celular con la linterna encendida e invocando a que todos lo imitaran. El lugar se iluminó por completo mientras sonaba una versión ralentizada de ‘Heaven‘, donde la voz de Gavin Clark fue clave para crear un ambiente único.

Y como no podía ser de otra forma, la velada debía concluir con la legendaria ‘In a State‘ del álbum Never, Never, Land (2003) que a más de uno le provocó la lagrimita. En general, la noche protagonizada por Lavelle resultó en un show eufórico y a veces inquietante a causa de la especie de DJ Set experimental que se vivió por lapsos, aunque sin dejar de ser intenso, cautivador y apasionado en su totalidad.

Aún con el paso del tiempo y la ausencia de DJ Shadow y Tim Goldsworthy quienes le otorgaron a UNKLE su sonido característico en sus inicios, Lavelle supo hacia dónde quería llevar el proyecto y continuar innovando musicalmente.