The National: Ranking de su discografía, pájaros, sociedad líquida y oscuridad citadina

Fácilmente podría decir que la discografía de The National es una de las más completas y pulcras que han existido en los últimos 20 años. Discos que se sienten tan bien en lo particular como en el conjunto cuando los ves en la estantería… o en la interfaz de Spotify.

Es sencillo ver cómo que es una banda de Cincinatti se ha adentrado tanto en el consciente colectivo hasta hacerse soundtrack de dos décadas enteras para los que nos gustan las canciones que nos hacen sentir miserables. Una banda zenteniall para millenials en plena crisis de la media edad. Increíble.

Vacíos existenciales, miedo y repudio a una sociedad líquida y una estabilidad que se balancea mientras alude a quebrarse. Esto es The National. Y para que no quede únicamente en un tuit de dos hilos, repasaré lo más breve posible cada disco de la banda a fin de encontrar mi top de álbumes favoritos. Pero antes de comenzar tengo que decir que The National no tienen ningún disco malo, eso se sabe.

08. The National (2001)

Primero hay que dejar en claro que The National es una banda muy gringa, y cuando digo «muy» es MUY gringa. Si bien, el concepto la banda se puede apreciar estés en el país en el que estés, el discurso se entiende por el monopolio cultural de Estados Unidos, pero este no es el tema.

El tema que es el álbum debut y homónimo, The National (2001) es definitivamente muy americano; con sus tonaditas de country. Es quizá por esto que lo dejo hasta acá. No es mal disco, para nada, solamente no conecto con él posiblemente por esta brecha cultural. Los tracks más disfrutables sin duda son ‘American Mary‘, ‘Anna Freud‘ y la magistral obertura de ‘Beautiful Head‘.

La intimidad se siente presente; Matt hablándonos desde lo más profundo de su inconsciente con metáforas de pájaros. Esto es The National, una hermosísima carta de presentación.

07. Sad Songs for Dirty Lovers (2003)

Seductor e implementación a nuevos sonidos. A esto suena Sad Songs for Dirty Lovers (2003), el segundo disco del quinteto que empieza a sonar en el mainstream, y que ya se asemeja un poquito a lo que conocemos actualmente, pero aún no llegamos a eso.

Sad Songs for Dirty Lovers (2003) sigue metiendo metáforas de pájaros en las líricas, pero ahora en manera de «homenaje» a las relaciones fallidas del vocalista Matt Berninger; fácilmente este segundo LP se siente como una apertura al mundo inmersivo de Matt. Terminas de escucharlo y lo único que piensas es en abrazarlo y preguntarle «¿estás bien, bro?».

Acá ya se empezaban a ver los indicios líricos de la banda, con doce lamentos que retumbaron junto a la incursión de nuevos instrumentos como el violín, pianos e indumentaria electrónica. Aquí es donde me pregunté múltiples veces: «Y si acaso Berninger deja de sentirse triste, ¿pierde su magia?», como dice el TikTok. Pero ya vimos con el paso de los años que no ha sido así.

¿Por qué dejo hasta abajo este disco entonces? Porque el concepto es bueno; The National (2001) fue una carta de presentación de la banda, pero Sad Songs for Dirty Lovers (2003) se siente más como una presentación personal de Matt. No digo que los demás no resalten, pero toma bastante protagonismo.

06. Alligator (2005)

Si te fijaste, los últimos tres lugares de la lista fueron en orden ascendente. Desde el primer avistamiento de The National hasta este, su tercer disco, y asimismo su consagración no solo en el mainstream y en el consciente colectivo de quienes ya tuvieran consciencia en los 2000s, también del sonido y madurez de la banda.

Alligator (2005) es entonces el encuentro y bifurcación de todo en lo que habían trabajo los últimos cinco años. Un disco pulido y conciso, ya con una dirección clara de adónde dirigirse en las décadas posteriores.

Hay cierta retrospectiva en este álbum que me deja pensando mucho: Habla mucho sobre la idea de que los pueblos no se diferencian mucho de las caóticas ciudades. Al menos acá en México, tenemos esa concepción de que la vida de ranchito no es igual a la brutalidad de asfalto de la CDMX.

Pero en Alligator (2005) se plantea que no existe gran diferencia; la ansiedad de la gran urbe es paralela al drama que se vive en una ciudad pequeña o pueblo. Es entonces donde encuentro la comparativa con dejar de ser la banda de nicho a ser los estandartes de toda una generación de gringos tristes. Ya hay unos zapatos más grandes por llenar, y alguien tenía que hacerlo.

05. I Am Easy To Find (2019)

A diferencia de su gran puñado de líricas, las pertenecientes al I Am Easy To Find (2019) son amables, cálidas y hasta cierto punto esperanzadoras. Si seguimos el camino de la banda dejado desde su debut hace veintiún años estamos ante un desarrollo de personaje emblemático en la música contemporánea.

Los ideales depresivos, las ideas psicóticas y las crisis mentales y existenciales poco a poco se van quedando atrás mientras el ser encuentra una plenitud, una que ha costado años y años de sacrificios y trabajo mental. Así percibo I Am Easy To Find (2019). Si con Alligator (2005) encontraron una pauta y en Sleep Well Beast (2017) un nuevo comienzo, este último disco se da un vistazo a lo próximo que hará la banda.

Ya lo había comentado Matt recientemente, que el sonido de la banda volverá a su origen clásico, retomando el estilo sombrío y caótico urbano de las atmósferas dejando de poco un lado lo experimentado con sintetizadores aquí en I Am Easy To Find (2019).

04. Sleep Well Beast (2017)

Sleep Well Beast (2017) marcó un antes y un después en la historia de la banda al mostrar una de las caras más miserables y de agonía de la banda. En el buen sentido. Ambientes sonoros que te hacen sentir cómodx en tu mismo foso de tristeza y melancolía.

La idea es clara: Una crisis de la mediana edad. ¿Estás demasiado viejx para estar vivo? ¿Has hecho todo lo que alguna vez te planteaste? Esperar para morir. Lo más sensato. Acá nos llega ese mensaje crudo de que la vida y la realidad no se viven, se soportan hasta que llega un punto álgido que eventualmente volverá a caer.

Lo bonito del Sleep Well Beast (2017) es darnos cuenta que The National funciona gracias al paso del tiempo, porque, al menos desde mi punto de vista, estamos ante una historia de vida, un trayecto que va a desembocar en la plenitud, pero para llegar al color hay que pasar por el grisáceo terreno de la desesperación y la amargura.

«Nothing I do makes me feel different».

03. High Violet (2010)

Para muchos, High Violet (2010) es el disco perfecto de The National, donde enterraron a sus demonios y sacudieron su cabeza hacia un nuevo futuro que los espera como lo era la nueva década. Pero para mí no representa tanto como otros, sin embargo, entiendo el mensaje. High Violet (2010) es poético, donde vemos a un Matt más autodestructivo que de costumbre.

Pero sobre todo, High Violet (2010) es un disco en el que la banda se toma completamente en serio, y no que antes no lo hicieran, pero acá se siente y se nota la manera en que todos se sentaron y se dieron el tiempo de crear uno de los mejores discos de la década pasada.

Más que enterrar su demonio, aprendieron a convivir con ellos, una enseñanza que verían siete años más tarde en el Sleep Well Beast (2017), sobre conllevar la realidad en vez de vivir pleno, por lo que en High Violet (2010) vemos las primeras instancias de esta decadencia a la miseria mental y la agonía por un futuro incierto.

02. Boxer (2007)

Boxer (2007) presenta desde el primer segundo una mirada citadina a la oscuridad. Una ciudad donde las únicas luces deslumbrantes son las de las ventanas de los departamentos, de los oficinistas que se quedaron hasta tarde en sus cubículos.

Angustia, incertidumbre y ansiedad. Ansiedad más que nada, por una mentira moderna que nos hemos tragado -dirían en España- con papas. En Boxer (2007) entramos a ese lumbral de oscuridad en el que tomamos uso de conciencia de lo frágiles que somos ante una sociedad que nos obliga a mantenernos de pie para tomar una lugar.

Quizá el disco más difícil de The National, pero que levanta ese discurso de la falsedad social, porque lo notamos desde la canción oppener: ‘Fake Empire‘, un piano que nos da un indicio de que será una canción medianamente alegre, pero de la nada entra toda una orquesta que augura la falsedad de la vida perfecta se desmorona.

01. Trouble Will Find Me (2014)

La maqueta perfecta. El álbum de The National por excelencia. Depresivo, frívolo, repetitivo, sombrío, gris y atmosférico. Una odisea a la música «triste» y al encuentro con uno mismo, pero con esa parte del ser que nadie quiere tocar: La tristeza.

Además Trouble Will Find Me (2014) es el disco más accesible de la banda para quienes busquen adentrarse en el universo cohesivo que ha creado el quinteto con una de las mejores sonoridades del siglo XXI y las narrativas más deplorables y abismales que hayamos escuchado en nuestro idioma humano.

Los vacíos existenciales entran a primera plana, además de un cierto grado de repudio por la sociedad moderna que desemboca en metáforas de muerta y alcoholismo de nuestro querido Matt. El clímax de la banda en sus dos décadas de carreras, y uno de los álbumes más viscerales, crudos y potentes de la década pasada.