Frank Ocean: Entre el amor, la nostalgia y los idealismos realistas

#IntraCassini es una sección donde el equipo de redacción de Cassini aborda un tema de interés propio con completa libertad, siendo un texto puramente opinativo, descubriendo el mundo de cada mente creativa.

En 2019 , Pitchfork lanzó una lista de los mejores 200 álbumes de la década del 2010. Uno ya se esperaba ciertos nombres; Grimes, Kanye West, Lana del Rey, entre otros que ya encabezan los festivales más importantes de todo el mundo.

Pero hubo un nombre en particular que llamó mucho la atención, pues cómo un chico negro y queer de Long Beach dejó en segundo puesto a My Beautiful Dark Twisted Fantasy (2010) de Kanye West. A primeras instancias, creí que su elogio era directamente por una cuestión de la masificación de los medios de renombre, porque todo lo que diga Pitchfork, NME o Stereogum lo damos por sentado como una especie de «verdad absoluta» dentro de la subjetiva verdad que los medios -digitales- suponen, monopolio cultural gringo le llaman.

Primeros pasos

Como muchos soñadores, Frank Ocean comenzó a realizar sus primeras maquetas desde su casa y las mandaba a un montón de discográficas, a ver cuál pegaba; desafortunadamente -o afortunada, ya verán por qué- como músico no tuvo gran recibimiento entre las productoras pero fue allí cuando se dieron cuenta que él era un excelente letrista. Fue cuando lo reclutaron para trabajar de letrista para gente como Beyoncé o Justin Bieber. 

Ya con un guardadito estable, volvió a apostar a la música, pero seguía sin ser relevante, por lo que optó con entrar al colectivo Odd Future, conjunto de rap alternativo de donde saldría gente muy importante hoy día como Tyler, The Creator, The Internet o Earl Sweatshirt. Desde aquí nos damos cuenta un poco de la influencia directa que tuvo Frank Ocean en sus posteriores trabajos como solista, pues en Odd Future abundaba la conjunción del R&B con hip-hop y hasta destellos de electrónica.

Lo que lo destacó por sobre el resto sin importar su corta estadía en el grupo fueron sus letras, unas letras con las que todo mundo conectaba de maravilla con lo que él decía, era como si entendiera por lo que estábamos pasando. 

Fue en 2011 cuando lanza Nostalgia, Ultra (2011), un mixtape casero y que se logra sentir íntimo, con el que enfrentó sus primeras dificultades, puesto que las canciones traían muchísimos samples de películas, otras canciones, videojuegos y demás que lo obligó a lanzarlo de manera gratuita. Algunos críticos catalogaron el mixtape dentro de lo mejor de aquel año. Lo bueno de aquel mixtape era la estructura del mismo trabajo; emocionalmente el álbum es más nostálgico, pero, al igual que en todos sus trabajos, el trabajo lírico es excepcional, es bellísimo.

¿Pero por qué son tan buenas las letras? La técnica y estructura de las letras es fundamental, cada canción de Frank Ocean es una pequeña historia que te plantea un contexto, un desarrollo y cómo termina esta historia. Lo más llamativo y lo que le da la magia es que estas letras son sobre experiencias propias de Frank Ocean. Todos sabemos que cualquiera puede contarnos una historia, pero la magia está en la manera de contarla. Además el dominio técnico del idioma lo hace un extraordinario letrista, pero lo que personalmente creo que es tan buen letrista es porque todas las canciones abordan temáticas con las que todos nos podemos sentir identificados, pero de una manera espectacular.

Camino al reconocimiento global

Posterior a este mixtape, Frank Ocean comenzó a llamar la atención de mucha gente y fue allí cuando lo ficharon Def Jam Japan para grabar lo que sería su primer álbum de estudio. Chanel Orange (2012) fue lo que catapultó mundialmente a la fama a Frank por su contenido tan personal e introspectivo, lo que nos hizo conocer un poco más sus ideales y expectativas que la fama y el reconocimiento que ya estaba recibiendo. 

Lo más destacable de este hermoso álbum es que siguió esa atmósfera casera, como si Frank hubiese hecho este disco en su casa, y bien podría fíjate, pero obviamente se necesitan más instrumentos y material que el estudio le facilitó. Las letras evidentemente no se quedan atrás, son lo más destacable de Ocean, todo el disco suena más pulido líricamente e instrumental, y como te dije más arriba, este disco se enfocó más en mostrarnos quién es Frank Ocean en realidad.

Si tuviéramos que definir este disco en unas cuantas palabras sería romántico y melancólico, como casi toda la discografía del estadounidense.

La consagración como hito

Luego de este álbum que lo llevó a tocar en diversos lugares, Frank volvería hasta 2016 con el que Pitchfork y críticos de todo el mundo catalogaron como el mejor disco de toda una década: Blonde (2016). Pero poco antes de eso, más concretamente los dos días anteriores, lanzaría otros dos discos, no por menos importantes, pero sí más misteriosos.

Por una parte, ENDLESS (2016) marcaba el fin de Frank Ocean dentro de Def Jam y postergaba lo que finalmente se consagraría como un hito dentro de la industria. Por otra, Boys Don’t Cry (2016) sería el comienzo de su carrera discográfica en solitario, lanzando sus materiales de forma autogestiva hasta el ya conocido Blonde (2016). Ambos trabajos previos a su ópera prima no van tan cargados de sentimentalismo como ya estábamos acostumbrados, si no que reflejaban a vivas refracciones distintas intimidades situacionales en ámbitos inter e intrapersonal.

¿Qué puedo decir de este álbum que no se haya dicho ya? Nuevamente las letras son el plato fuerte de Frank Ocean. En tracks como el ya clásico ‘Nikes’ nos enseña una faceta interna suya, lo que le atormenta, lo que lo hace sentir vulnerable. Y escucharlo cantar esto acompañado de un beat lento y ese sintetizador tenue nos llena de nostalgia estemos donde estemos, nos hace sentir que la canción está hecha completamente para nosotros por lo bien que queda en la vida de cada persona.

La técnica lírica es más que evidente de nueva cuenta acá, desde las rimas, metáforas y demás. El amor y la nostalgia son el plato principal otra vez, pero en esta ocasión lo que hace a Blonde (2016) tan especial es que Frank Ocean es que te transmite todo el sentimiento implícito en la canción. Lo cuenta desde su perspectiva, en primera persona, y tan inmersivo es esta experiencia que no se sabe a ciencia cierto cuándo dejan o no de ser biográficas las anécdotas o historias que cuenta. Este es el claro momento donde Frank Ocean se consagró como uno de los hitos más importante de la música de los últimos años.

El antónimo en el hip hop

Creo que el siguiente tema da para un apartado completo, pero habrá que sintetizarlo porque va de la mano, y es necesario abordarlo primero como una breve introducción, puesto que ya es un común denominador en los raperos que ya rondan los charts internacionales.

Según dijo Kanye alguna vez: «El hip hop nació como un movimiento que buscaba ser contestatario contra el racismo y la opresión que ejercen los blancos hacia los negros, no solo en América, si no en todo el mundo. Pero, aunque pertenezco a esta cultura, tengo que aceptar que hemos sido injustos con aquellos que se declaran abiertamente homosexuales, de hecho, me atrevo a decir que hemos hecho todo lo posible por convertir al movimiento en un antónimo de todo aquello diferente a lo heterosexual, y eso no cambiará hasta que reconozcamos nuestro error».

Es extraño dimensionar el cómo ha evolucionado el hip-hop; de hablar de drogas, pandillas y violencia a transtornos mentales, sentimentalismos y cualquier cosa relacionada al ser y el existir. Creo que el movimiento, como cualquier otro, emplea una técnica de recubrimiento y esparcimiento de la propia persona, al querer expresarse sin importar el color de piel, orientación, origen étnico o lo que sea.

Al final del día, ¿el hip-hop no era un movimiento que se basaba en mostrar inconformidad? El discurso lírico quizá pueda cambiar y no adoptar el tema racial de lleno, ¿pero qué es lo que hace al hip-hop ser hip-hop?

Pero retomemos el caballo para cerrar esto: Frank Ocean es fácilmente el letrista más importante de los últimos años, y generalmente el artista más grande e influyente para las siguientes generaciones de artistas, pues a raíz de sus letras o instrumentalización, muchos músicos siguieron y tomarán su ejemplo como una proyección digna de lo que es una propuesta para nada idealista pero sobre todo honesta. Impuso algo nuevo: una música sencilla, digerible para todos, adaptable para cada persona. Una magia inmensa. Frank Ocean nos dio un mundo inmersivo que una vez que entras no quieres salir.