Arre 2023, reivindicando el género

Texto por Vanessa Torres (@esssauroo).

Desde el extinto Vive Grupero hace ya más de una década no se intentaba por parte de la promotora más grande del país realizar un festival totalmente dedicado a la música regional mexicano. Y es que no podría haber mejor momento para que algo como el Festival Arre existiera, el género ha explotado y lo podemos observar en las listas de escuchas globales de las distintas plataformas digitales.

Nos damos cuenta del éxito del festival viendo a su público diverso, familias con bota y sombrero, parejas de rancherxs con alucines y uno que otro curioso. Todxs coreando Ella Baila Sola, dedicando Mi Bello Angel, sacando los prohibidos con Escándalo, brindando con Tragos Amargos o reclamando que Te quedó grande la yegua.

La distribución del festival se encontraba con tres escenarios, uno de ellos como principal llamado La Hacienda (que para mí, ha sido uno de los festivales mejor diseñados en cuanto a la estética, que era literalmente una hacienda con cuartos en los que subían los invitados), una pasarela y fuegos artificiales.

Después teníamos el Tecate Original a espaldas del principal, y a un costado el escenario Little Caesars, una carpa gigante roja aterciopelada con candelabros. Además de una pista de baile inspirada en el histórico salón California Dancing Club de la colonia Portales.

El lineup nos dió un amplio repertorio, desde el merengue, la cumbia, el corrido, banda romántica hasta el corrido tumbado, artistas como Zona Rika, Ivonne Galaz, Aroma, Oscar Maydon, DANNYLUX, La Arrolladora Banda El Limón, Fuerza Regida, y cerrando con broche de oro el primer día del festival, Natanael Cano.

Para el segundo día pudimos disfrutar de Banda Machos, Majo Aguilar, La Trakalosa de Monterrey (que ¡wow! la cantidad de gente que se aglomeró en el escenario Little Caesars), los Kumbia Kings, Pesado, Luis Conriquez y el número más emocionante, Peso Pluma cerrando en La Hacienda. 

El festival reunió público de todas las edades, y cumplió el objetivo, ser una pista de baile gigante. Sigue por verse que tan lejos va a llegar el género y que otras fronteras va a cruzar, pero se puede garantizar que vamos a tener al Festival Arre para un rato más en la oferta de festivales de la ciudad.