A grito de «¡Morras al frente!», Bikini Kill reventó el Pabellón Oeste

Fotos por Mon de León (@monlikesmusic).

Para alguien de mi edad, que creció justo después de que el movimiento riot grrrl dejara de ser noticia a mediados de los 90s, la primera visita de Bikini Kill a México fue una oportunidad para disfrutar de ese momento que nunca vivimos. Y aunque Kathleen Hanna ha dicho antes que tocar estos shows se siente como «entrar en una máquina del tiempo», lo que vimos anoche en el Pabellón Oeste del Palacio de los deportes no se sintió exactamente como un capricho nostálgico.

Fue muy grato ver que la audiencia iba de los 16 a los 60 años, cosa que me tomó por sorpresa porque no es una banda nueva. Lo que sí me esperaba fue que este público, mayoritariamente de mujeres, estuvo gritando “Morras al frente!” (Girls to the front) de principio a fin, el llamado clásico para reclamar espacios seguros para las mujeres en los eventos en vivo. Irónicamente ví en las fotos después del show a muchos güeyes al frente, no sé si por ignorantes o por maleducados.

Rebel girls

Estamos en 2024 y muchos de los problemas contra los que luchó Bikini Kill a principios de los 90 siguen estando presentes. Por ejemplo, los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres en muchos lugares, como algunos estados de la república, están una vez más en peligro. También estaban en peligro en 1992, cuando Bikini Kill actuó junto a Fugazi en el Washington DC en apoyo a los derechos al aborto.

La música de Bikini Kill sigue siendo relevante; eso es obvio. Parece que la única diferencia real entre entonces y ahora es que ahora, puedes ves chicas llevando cómodamente una camiseta que dice «EL FUTURO ES FEMENINO» a su trabajo o comprar un vestido con un útero bordado en él.

Todo esto ya ha sido adoptado en la sociedad, económicamente, pero no políticamente. De alguna forma Bikini Kill también se ha visto beneficiada de esto. Para los fans que recuerdan haber visto a la banda tocar en pequeños lugares a principios de los 90, estos conciertos podrían inspirar una sensación de alienación.

Discurso atemporal

Bikini Kill es una banda tan popular, en hoy día, del tipo que descubres cuando eres adolescente y miserable que absolutamente cambia tu vida para mejor. Desde que se anunció el regreso de Bikini Kill en 2019 provocó emoción y cinismo, tipo “Bikini Kill, una banda que defendía el ethos del DIY, haciendo shows sold-out… con Ticketmaster”. Pero, ¿sabes qué? Ver a esta banda tocar probablemente se sintió como algún tipo de liberación para mucha gente, sobre todo para muchas mujeres en la ciudad de México.

Para esta gira, Hanna, Tobi Vail y Kathi Wilcox están acompañadas por la guitarrista Erica Dawn Lyle en lugar de Billy Karren. La gente se sabía todas las canciones. Tocaron algunas curiosas como “Carnival”, que es una canción sobre chicas de 16 años que hacen favores sexuales a cambio de porros. Ver a Hanna, que ahora tiene 55 años, cantar esa canción con evidente deleite fue increíble.

El ambiente se mantuvo ligero, pero Hanna más tarde dedicó «Feels Blind» a todas las activistas en el público que no se están rindiendo. Después de «This Is Not A Test», miró hacia el público en el slam y comenzó a hablar sobre reclamar nuestra brujería colectiva.

La baterista Vail se apoderó del micrófono cantando varias canciones mientras Hanna tocaba el bajo, Wilcox y Dawn también estuvieron alternando instrumentos a lo largo del show, mostrando que no solo tienen toda la actitud sino que realmente son músicos de calidad, a pesar de que toquen punk.

El set terminó después de hacer el encore, por supuesto, con una versión emocionante de ‘Rebel Girl‘, que tuvo a la audiencia saltando, gritando y levantando los puños al aire “WE’RE BIKINI KILL/ AND WE WANT A REVOLUTION! GIRL STYLE! NOW!” La audiencia gritaba a coro. He escuchado ese grito de guerra antes, pero nunca en vivo.

Se sintió lo suficientemente fuerte como para seguir sonando hasta el 08 de marzo cuando muchas de las asistentes vuelvan a salir a reclamar a gritos por todas las injusticias que las mujeres siguen viviendo.