Crumb en CDMX, un trance queer inducido por sintetizadores y aterrizado con baterías suaves

Txt por Alddo Fernández (@notalddo).
Ph por Mon de León (@monlikesmusic).

Un telón de fondo entre joyas musicales y baladas dreamy. Seteando el mood con una exótica selección de joyas disco, funk y afrobeat, los asistentes al Gran Casino Frontón México nos dejamos llevar por la curaduría en las tornamesas de la mano de Davo Peñaloza, también conocido como Makossa Disco, que nos tenía a todos muy entretenidos antes, durante y después de las bandas.

Abriendo el show con su sonido dreamy, La Era de Gomes quedó súper ad-hoc como preámbulo a la presentación estelar de Crumb en el contexto de una tarde lluviosa en la ciudad. El cantautor mexico-argentino Gonzalo Pascual capturó la atención de la audiencia y aprovechó para invitarnos a escuchar su nuevo álbum, Vicios I (2022), que lanzó el mes pasado.

Jazz, neo-psych y chillwave con una voz más dulce que la crema

Estos chicos originarios de Boston, Ma, han logrado en solo un par de años llegar a los oídos de millones de personas por todo el mundo, se han presentado en los festivales de nicho más importantes (como Hipnosis, Levitation o Desert Daze) y han editado ya un par de LPs.

Después de reagendar la fecha del evento un par de veces, por fin se presentan en México para dar un show solos (bueno, con los invitados de la noche claro). Lo que es destacable es que han logrado todo esto de forma independiente y sin el apoyo del poderoso brazo de las grandes disqueras, lo que les permite tener control total de qué hacen y cómo lo hacen.

Todxs mueren por Lila y su look de “girl next door”. No sé si de verdad todos, pero a muchas y muchos se les veía emocionadísimos de poder ver de cerca a Lila Ramani y de escucharla tocar y cantar. Su voz es como salida de un sueño del que no quieres despertar, sus guitarras suelen acompañar las canciones armoniosamente y sus arreglos tienen ese toque sutil como de canción de cuna. Como si su talento no fuera suficiente, tiene un look que la hace ver amigable y atractiva a la vez, como si fuera “la prima bonita de alguien”. No por nada es la front-girl de la banda.

Trance queer inducido por sintetizadores y aterrizado con baterías suaves

Aunque toca el saxofón en algunas canciones, lo que caracteriza a Brian Aronow (además de su brasier) son las ambientaciones ensoñadoras que aporta con sus synths y sus teclados, mientras que los ritmos de Jonathan Gilad en la batería mantienen las canciones emocionantes pero sin ir tan lejos como para sacarlas del trance generalizado que tienen.

Un poco de fuzz para quitar lo empalagoso y cohesionar el ensamble. En mi apreciación personal, parecería que en vivo es Jesse Brotter quien lleva a la banda. Aunque sus líneas de bajo no siempre predominan, tiene la gracia para acompañar todo el tiempo y entrar o salir del foco de atención a discreción.

Además, tiene la versatilidad de incorporar por momentos un sonido algo denso o sucio, que le da a la banda una profundidad más allá de lo sutil, dulce y armonioso que se encuentra en los otros músicos. Al escuchar sus discos no era claro para mi, pero haberlo visto en vivo me hizo pensar que es su bajo el que hace que el trabajo de todos cuadre, y que cada quien pueda lucir en lo que hace pues en él encuentran un equilibrio sonoro.

Cuando la banda terminó su presentación muchos gritaban “Nina!, Nina!”, les pregunté quién era ella y nadie me supo decir. Pero la banda regresó para tocar justamente esa canción en el encore. Fue curioso porque comenzó con esa ambientación trippy que caracteriza a la banda, haciéndote sentir como en un viaje ácido o algo así, pero conforme la canción transcurrió el sonido se fue volviendo un poco más pesado de modo que al final ya era más como un pequeño jam de remate para cerrar la noche.

Gracias, Hipnosis, por seguir trayéndonos bandas chidísimas a los que apreciamos la música contemporánea (nos debes el cartel del festival, eh!). Gracias, Crumb, por mantener el rock fresco, joven e interesante. Y sobre todo gracias a todos los que disfrutamos de los shows en vivo que salimos a hanguear y a pasarla bien.