Reseña de EVERY LOSER (2023) de Iggy Pop

Desde niñxs, se nos ha dicho que no es difícil subir o bajar calificaciones, sino mantenerse en el 90 o el 100. Y sobre la práctica, resultaba complicado, porque es mantener la balanza a flote a pesar de las adversidades. Por eso esos casos, siento yo, se felicitan de otra manera más especial.

Ahora imagínate ser considerado el padrino del punk durante casi medio siglo, desde aquel emblemático y casi obra maestra que fue The Idiot (1977) hasta el disco del que hablaremos hoy. Iggy Pop ha mostrado un carácter no tan evolutivo como otros artistas de su camada, pero a quién chingados le importa. Ni siquiera a él mismo, y está bien.

Desde la raíz

Iggy Pop regresó este segundo fin de semana del año con el que es su álbum número 19 como solista, titulado EVERY LOSER (2023). Y más que ser un amalgama de sonidos o experimentación, en este caso Iggy descalabra su propia mente para darnos un disco clásico de él.

Punk frenético, rabia instaurada durante años y una energía de labrador enojado. Porque parece sorprendente que a sus 75 años James Newell Osterberg Jr. siga sonando así, y parece preocupante que a su edad siga así de enojado. Bromita, pero se agradece.

Porque canciones como ‘All The Way Down‘ suenan al sonido rasposo pero moderado del punk que ya conocíamos, pero obviamente utilizando las nuevas tecnologías para sonar «mejor», aunque no sé si esa sea muy punk. Pero pues tampoco vamos a seguir grabando con indumentaria vieja, ¿verdad?

Leyenda

EVERY LOSER (2023) es a fin de cuentas un disco que se mantiene vigente. Como Iggy, que se ha mantenido vigente durante casi 50 años (al menos de solista, porque si contamos sus otras bandas no terminamos de contar). EVERY LOSER (2023) es una revisita al pasado rasposo y más violento de Iggy, sin miedo a las ataduras contemporáneas (porque las hay) y las limitaciones generacionales.

Porque ahora a esto ya se le considera música de viejitxs, como dicen mis amigxs veinteañerxs. Pero a lo que voy es que Iggy Pop no busca, ni nunca ha buscado encontrar un nuevo público, porque el que le sigue desde hace años es fiel, y EVERY LOSER (2023) es ese agradecimiento rabioso a todxs aquellxs que lo han seguido desde hace tiempo.

Como dije al principio, mantenerse es más difícil, pero sabe cómo lo ha hecho Iggy Pop. Quizá por su solvencia, o su característica figura física. Porque no hay nada como él ni habrá nadie como él. Y lo sabe. Porque esto me encanta en la música, la soberbia. Y EVERY LOSER (2023) es justamente eso: Un soberbio homenaje de Iggy a Iggy. No hay más. Y me encanta.

Como sea que sea, Iggy Pop es una leyenda, de las pocas que nos quedan vivas en la historia de la música. Esperemos que aún nos queden muchos más años con el padrino del punk, porque este frenetismo y enojo nos hacen falta de vez en cuando.

Porque hay quienes te digan que el odio es malo y es culero. Y sí. Pero hay que entender que el enojo, así como la felicidad, la tristeza y todos los demás sentimientos son necesarios. Y así como es necesario a veces poner una velita aromática y relajarnos, también necesitamos gritar, brincar y descargar la frustración.

Así que EVERY LOSER (2023), The Idiot (1977) o cualquier álbum de la discografía de Iggy puede ser una escucha en loop para todxs aquellxs amargadxs que vivimos el día a día contemporáneo.