¡Esto es más que punk! Corrosiva noche con Amyl and the Sniffers en Guadalajara

Fotos por Julio del Toro (@julio.dcalvario).

Cuando creas música «no mainstream» para el mainstream, tienes la combinación ganadora. Eso es precisamente lo que le sucede a algunos actos actuales que logran reunir una variedad de público más allá del que en teoría es su ideal, donde usualmente suele ser los géneros más ruidosos.

Véase el caso de Deafheaven, IDLES, Turnstile, etc. Música para un nicho, que la expropian las y los adeptos al metal, el punk, hasta el alternativo y cualquier persona ávida de descubrir nuevos sonidos.

Justo bajo esta visión Amyl and the Sniffers llegó a la industria musical con su punk/garage para una diversidad cultural e incluso social, donde algunas fuentes les han catalogado dentro del movimiento queer por sus letras e ideología.

Fue de los elementos más notorios que pudimos ver entre el público asistente al C3 Stage, una armonía entre distintos fandoms que querían escuchar guitarras crudas y distorsionadas para slamear, la banda australiana fue la estelar del pre-show del Festival Adverso, un adelanto de lo que nos espera en febrero por parte de ACK Promote.

Comienzos que ilusionan

La espera por Amyl and the Sniffers era obvia, pero también hubo una gran recibimiento a la banda invitada a iniciar el show, los tapatíos de Flores y Fuego que repasaron su EP Altar (2021) y que además comparten la característica de que están liderados por una mujer, llenaron la tarima del C3 con su hardcore-punk.

Con un set de media hora, dieron anuncio a que la espera no sería tan larga para el acto principal, cual dinamita, subió el cuarteto de Melbourne para comenzar un abrasivo set canción tras canción, solamente haciendo pequeñas pausas para saludar a la gente y que Amy incentivara más desorden y fiesta, como constantemente repetía.

La ventaja de tener una discografía breve y que los discos cuenten con duración que no exceden los 35 minutos, permite que prácticamente pueda tocar el 90% de los temas de los dos primeros discos Amyl and the Sniffers (2019), Comfort to Me (2021) y su EP debut del 2017.

Respira, grita y golpea

La lucha por sobrevivir en el pit se orquestó con ‘I’m not a loser‘, ‘Security‘, ‘Snakes‘ y ‘Maggot‘, de inicio, era tanta la intensidad, que incluso Amy pateó a un fan que intentó subirse al escenario, generando que la seguridad desde ese instante en adelante, estuviera en una constante disputa con quien caía al frente de la valla por el crowd surfing.

Aunque la batuta y entusiasmo la lleva Amy, los demás integrantes tímidamente interactuaron con el público Bryce, el bajista, pidiendo aplausos al ritmo de la batería y Dec, el guitarrista, preguntando por tequila y cocaína para la celebración.

Control‘, ‘Knifey‘ y ‘Hertz‘, su tema más popular hasta el momento, daban recta final al concierto con el que bastó una hora y minutos para tener una dosis de punk sin poses, adictivo como el origen del nombre, ya que deriva de la jerga Australiana para los poppers: «Lo hueles, dura 30 segundos y luego te duele la cabeza, y así somos nosotros», mencionó la líder en una entrevista.

Detox de ira

Así transcurrió el final, en una depuración corporal de la mayoría de las y los asistentes, con sudor, golpes y adrenalina al por mayor. Como se mencionó al inicio, Amyl and the Sniffers es una banda de punk, para quien no consume punk, esa diversidad es imprescindible en la actualidad, donde independientemente tus gustos, aficiones o preferencias, entres a un venue, escuches consignas sociales, de exceso y radicales, mientras saltas con otras personas que no les importa quien eres.

¿Hay algo más punk que consumirlo sin serlo? La esencia nunca cambia.